Raquel Jiménez Jiménez/Zenda
A comienzos de 2023, una misteriosa nueva voz italiana llegó a nuestras librerías. Erin Doom acababa de publicar Fabricante de lágrimas (Montena) y supuso un relámpago en las listas de los más vendidos. Pronto esta historia de amor se convirtió en un fenómeno viral replicando el éxito que había conseguido en su país natal (y previamente en Wattpad, donde ya tenía 6 millones de lectores).
Poco más de un año después, Doom regresa a nuestro país. Esta vez no sólo se publica una novedad literaria, Como cae la nieve, sino que la autora, tras revelar su identidad en su país natal, emprende por primera vez una pequeña gira promocional con una única parada: Madrid. El éxito de su primer título publicado llamó la atención de Netflix y ahora mismo Doom es un fenómeno global gracias a la película basada en su obra.
Erin Doom fue a España para encontrarse con sus lectores en la Feria del Libro. Siente nervios, emoción y expectación por ver cómo reciben a esta abogada italiana que un día decidió dejarse llevar por el corazón y no por las leyes.
Erin Doom acaba de presentar Como cae la nieve ante un nutrido grupo de lectores. Se encuentra con Zenda en la sede de su editorial poco antes de su multitudinario debut en la Feria del Libro. Con ella hablamos de su nueva novela, una historia de amor y sentimientos en la que dos jóvenes que guardan muchos secretos están condenados a entenderse.
—Enhorabuena por este éxito tan atronador. ¿Cómo espera que reciban los lectores españoles este nuevo título?
—Son dos libros que tienen mucha afinidad porque tratan de adolescentes, de jóvenes, que buscan una familia. Por tanto, es una novela muy parecida, va a hablar un lenguaje y de unos sentimientos afines al anterior libro, El fabricante. Espero que pueda llegar al corazón de los lectores como ha llegado El fabricante, aunque de forma diferente porque son dos historias diferentes con protagonistas diferentes. Pero son chicos muy jóvenes, en una franja de edad muy parecida, con esa búsqueda de sí mismos. Están en una etapa de crecimiento y tienen que llegar al mundo de los adultos.
—¿Qué siente a la hora de enfrentarse a una cita como la Feria del Libro?
—Estoy muy emocionada. Es mi primera presentación de un libro en el extranjero y, por tanto, estoy muy contenta. No tengo ni idea de cómo va a ser, porque es una feria distinta a las ferias italianas. Está en un parque, seguramente será estupendo porque voy a encontrarme con autores extranjeros y será una emoción enorme para mí.
—¿Alguna vez, cuando comenzó a escribir, esperaba un éxito como éste?
—No, la verdad es que no. Empecé a escribir por pasión, en Wattpad, por mi cuenta. Nadie sabía que yo escribía, ni mi familia ni mis amigos. Empecé a hacerlo para compartir lo que tenía dentro con otras personas, pero nunca había esperado que mi libro se publicara.
—Dice la protagonista de su novela, y lo repite como un mantra, “no se ve con los ojos, se ve con el corazón”. ¿Cómo escribe Erin Doom? ¿Escribe también con el corazón?
—Mucho. Soy una persona muy emotiva e intento no contaminar mi escritura con mis vivencias personales. No hay referencias reales dentro de mis libros. Hay mucha emotividad, sin embargo, hay muchos de mis sentimientos, mi manera de ver las cosas, mis valores…
—Cuéntenos su rutina como escritora.
—Tengo una rutina muy caótica. Es la inspiración la que me maneja, no al revés desafortunadamente (risas). Me levanto por la mañana, y lo primero que hago es retomar lo que había escrito durante la tarde anterior, porque durante la noche mi cerebro ha seguido trabajando. En general cuando como, cuando salgo, cuando hago otras cosas, la música me ayuda mucho a concentrarme, a recordar, a re-evocar las emociones de la historia que estoy escribiendo. Cuando vuelvo a trabajar sigo en esa vía. Muchas veces la rutina me impone la soledad en casa. Necesito silencio, necesito que no haya nadie a mi alrededor, porque me distraen.
—¿Es usted una escritora brújula o una escritora mapa?
—Esta pregunta implica que uno tiene conciencia de hacia dónde va, pero en realidad yo me dejo orientar. Brújula entre los dos, creo.
—¿De dónde surgió la historia de Como cae la nieve?
—Como cae la nieve se inspira mucho en mi padre. La protagonista está muy ligada a su padre, comparten una realidad diferente del mundo exterior, muy íntima, y así es mi relación con mi padre. También tengo esa relación con la naturaleza. Voy con mi familia al campo, a la montaña y mi padre siempre me ha enseñado a amar la naturaleza, a apreciar su belleza, a buscar esos aspectos escondidos. Estas enseñanzas que me ha dado llegan al libro.
—Es muy llamativa, y crea un vínculo muy importante con el lector, la manera que tiene de entrar en el pensamiento y en el modo de comportarse de una joven introvertida de 17 años. ¿Cómo ha encontrado esa voz adolescente?
—Me acuerdo muy bien de mi adolescencia, aunque ahora ya soy más adulta. Escribí estos dos libros en 2017, tenía menos edad. Había una fuerte conexión con mi yo adolescente. Probablemente es el motivo por el que escribo para chicos muy jóvenes: me acuerdo muy bien de esas sensaciones, de esos sentimientos, de esas emociones. No encontrar tu camino, sentir confusión o desplazamiento, relacionarse con adultos, sentirse incomprendido… son sensaciones que todos experimentamos a esa edad, y las recuerdo muy bien.
—Cuando llegan sus libros a las librerías normalmente se les pone una etiqueta (“novela romántica”, “novela young adult”). ¿Qué opina de las etiquetas?
—Pueden ser una orientación, realmente. Si alguien sabe lo que está buscando es más fácil llegar a este tipo de novelas. Pero la etiqueta no es un límite, no debe ser un límite, porque no son novelas exclusivamente para chavales. En Italia también han ido estos libros mucho más allá de la barrera de la edad. Si una novela se escribe con el lenguaje interior de las emociones va más allá de la etiqueta.
—Otro de los logros de la novela es mantener durante casi quinientas páginas tensión entre los protagonistas. ¿Cómo consiguió que la novela no se relajara en ese sentido?
—Me encanta la tensión, siempre me ha gustado. Esa parte previa al beso siempre me ha emocionado, desde pequeña. Es un momento en el que todo es posible y tu mente (o en mi caso al menos) se expande. Esas sensaciones que tú sientes son tan fuertes, es un momento tan potente… Es una tontería, quizá, pero ese sentimiento es enorme y he tratado de transmitirlo dentro de mis libros.
—Con su anterior novela, Fabricante de lágrimas, ha conseguido un éxito monumental, hasta el punto de convertirse en una película de Netflix. ¿Da vértigo una noticia como esta?
—Sí, lo has descrito perfectamente como vértigo, porque es una mezcla de escalofrío, miedo, emociones el ver algo tan grande que nace de una cosa tan pequeña.
—¿Escribe pensando en la versión audiovisual?
—Soy una escritora muy visual. Tengo una escritura muy detallada en mi mente, me lo imagino exactamente de una manera y trato de que se transmita como yo lo he imaginado. No sé si a veces en formato de una serie o una película, pero al escribir son imágenes que pasan delante de mis ojos.
—¿Cómo una abogada, Matilde, se convierte en el éxito literario de su país? ¿Soñaba con ser escritora desde pequeña?
—No, no soñaba con esto. La escritura la descubro después del bachillerato y me viene de adulta. Cuando era pequeña siempre tuve una vena artística, creativa muy fuerte: pintaba, dibujaba… suscitaba esa creatividad de otra manera. No pensaba que la escritura fuera una de mis salidas artísticas. Pero cuando comprendo que hay otra vía muy potente, me apasiono de tal manera que todo nace de ahí.
—¿Cuáles han sido sus referentes literarios? ¿Qué obras o autores le han influido a la hora de escribir?
—Harry Potter (J. K. Rowling). Ahí empieza una creatividad enorme. Su manera de describir esos mundos en los que todo es posible siempre ha sido muy estimulante para mí. Según he ido creciendo me he apasionado por géneros, por autores diferentes respecto a mi género, digamos. Por ejemplo, descubrí con 15 años 1984, de Orwell. Su escritura, su capacidad de describir estos mundos tan lejanos de los míos, me llevaron a comprender que más allá de la realidad italiana en la que vivo (mi familia, mi pequeño mundo) había mucho más. Por eso mis novelas están ambientadas en el extranjero, en Estados Unidos, y hablan de realidades muy diferentes a la mía, realidades a veces difíciles o extremas.
—Tras esta gira de promoción, ¿qué próximos proyectos tiene?
—En Italia ha salido otro libro, Estigma. Estoy escribiendo la continuación de ese tercer libro.
—¿Para qué escribe Matilde?
—Escribo para expresarme a mí misma. No sé si puedo hablar por otros como yo, pero hablando de mí misma, me he sentido muchas veces en dificultades en mi mundo, como que no encajaba bien. Un día decido intentar escribir todo esto para mí misma. A través de esas palabras, de esas escenas, de esas historias he sentido auténticas emociones, como si las estuviera viviendo. Creo que hay un mundo en el libro, en la escritura, en la lectura, muy potente, que es capaz de darnos mucho y ayudarnos a comprendernos a nosotros mismos.