Ángel Vargas

El verdadero ser de Antonio Machado (1875-1939) fueron sus dos creaciones apócrifas: Juan de Mairena y Abel Martín, sus alter ego, según la escritora y poeta Angelina Muñiz-Huberman.

Ambos, explicó, resultaron más vitales aún que su propio creador, pues con ellos logró consumar el sueño de todo escritor, es decir, que los personajes sobrevivan al autor, como Don Quijote a Miguel de Cervantes.

La catedrática universitaria fue una de las presentadoras de la reedición del libro Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo, de aquel escritor y poeta sevillano, la cual fue publicada de forma conjunta por Bonilla Artigas Editores con el ensayo La compleja sencillez de Antonio Machado en Juan de Mairena, de Lourdes Pastor.

La mesa, en la que participaron además esta docente e investigadora, Juan Carlos Barrón y el editor Juan Luis Bonilla, tuvo lugar de manera virtual la noche del viernes, organizada por el Ateneo Español de México, instancia que en la transmisión solicitó el apoyo económico de la audiencia para poder seguir operando.

Reconocida en 2018 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes y Literatura, Muñiz-Huberman explicó que la base del citado libro de Antonio Machado son la seudonimia y la extensión de la personalidad del autor.

Eso, detalló, “le permite, a su vez, explayarse sobre la visión del mundo y las múltiples personalidades, no para ocultarse, sino para revelar todas las reconditeces de lo malo, lo bueno, lo hermoso, lo grostesco, lo grande, lo pequeño, lo serio, lo humorístico, y a veces nos hace creer que lo apócrifo puede ser lo verdadero, y es ahí realmente donde puede sacar el autor su propio mundo interior”.

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La escritora destacó que con el Juan de Mairena, publicado por vez primera en 1936, Machado no sólo hizo un reflejo de todas las inquietudes de su época, entre ellas la relación del amor con el erotismo y el humor.

También se reveló como un autor adelantado a su tiempo, aseguró, porque una de las visiones más importantes es la presencia y el descubrimiento del otro, a través de sus dos alter ego.

Mencionó como otros de los valores de ese libro el humor sin límite, el invento que hace Juan de Mairena de la máquina de cantar o el Aristón poético y el juego del ser y el tiempo a la manera de Heidegger.

Del ensayo La compleja sencillez de Antonio Machado en Juan de Mairena, Muñiz-Huberman reconoció cómo Lourdes Pastor hace en él un análisis, paso por paso, detallado, del complejo intelectual del escritor español, enmarcado en una aparente sencillez.

“No quedan resquicios sin analizar y la obra avanza con pasos firmes, incluyendo una extensa búsqueda bibliográfica, las citas que aparecen a pie de página y una detallada evolución de los recursos estilísticos del trinomio Machado-Mairena-Martín”.

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