Moctezuma vistió a Cortés como Quetzalcóatl para sacrificarlo, no para adorarlo.

Hernán Cortés bien podría haber inventado el mito que afirma que a su llegada, Motecuhzoma Xocoyotzin, también conocido como Moctezuma II, lo confundió con Quetzalcóatl e inmediatamente perdió fuerza ante sus conquistadores.

Historiadores como Guilhem Olivier, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, explican que cuando llegaron los españoles sí fueron identificados como deidades, particularmente con Quetzalcóatl, quien había reinado en Tollan, la capital de los toltecas, pero también había sido expulsado por Tezcatlipoca.

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En realidad, Motecuhzoma quería sacrificar a Hernán Cortés

Como prometió que volvería y la fecha coincidió, Motecuhzoma se mostró pasivo en un inicio ante quien creía era Quetzalcóatl, lo que no significa que fuera tonto, sino que tal vez estaba pensando cómo derrotarlo y, finalmente, sacrificarlo.

“En las obras coloniales (los escritos de Bernardino de Sahagún y Francisco López de Gómara) hay un fenómeno interesante porque se insinúa una versión cristiana de Quetzalcóatl: el hecho de que estaba expuesto a los sacrificios humanos. Algunos de los autores dicen que era blanco, con barba negra y con una túnica parecida a la de los frailes. Esta percepción cristiana obviamente no es la misma para los mesoamericanos”.

La visión de deidad en Mesoamérica es distinta a la colonial 

Esto se explica acercándonos más a las tradiciones de los mexicas; uno, porque la percepción que tenían sobre deidad es muy distinta a la colonial: los dioses mesoamericanos también podían ser malos, por lo que también se les insultaba y derrocaba; dos, porque acostumbraban a vestir nativos como dioses antes de sacrificarlos.

¿Y qué hizo Motecuhzoma con Hernán Cortés? Lo atavió como a Quetzalcóatl y tal vez no para venerarlo, sino precisamente para sacrificarlo, como explica el experto: “Verlos como dioses no explica que fueran sumisos frente a ellos y la prueba está en que hubo intentos por derrotarlos como la matanza de Tóxcatl”.

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