El editor Rafael Pérez Gay dice que 2020 ha sido el año más crítico para Ediciones Cal y Arena por la crisis económica que se acentuó por el Covid-19 y por la inhabilitación, “ese eufemismo que usa el gobierno para no llamar persecución política” a la sanción “desproporcionada” contra la empresa Nexos, Sociedad, Ciencia y Literatura SA de CV, que engloba a la revista “Nexos”, con 42 años de historia, y a la editorial Cal y Arena, que cumplirá 32 años.
Ante la inhabilitación de dos años y la multa de 999 mil 440 pesos establecida por la Secretaría de la Función Pública, Rafael Pérez Gay, director de Cal y Arena, afirma: “Vamos a empezar a rehacernos y no tenerle miedo a la crisis, no tenerle miedo a la falta de oportunidades en el mercado, ni tampoco achicarse ante la hostilidad y el acoso político”.
Ediciones Cal y Arena, fundada en octubre de 1988, ha publicado más de 500 títulos, y tiene un catálogo vivo de alrededor de 180 títulos de autores como Rubem Fonseca, Claudio Magris, Ángeles Mastretta, Enrique Serna, Jean Meyer, Lorenzo Meyer, Guillermo Fadanelli, Carmen Boullosa, Héctor de Mauleón, Hugo Hiriart, Luis González de Alba, Sergio Ramírez, Vicente Leñero, Enrique Florescano, Fernando Escalante Gonzalbo, Gonzalo Celorio, Vicente Quirarte y Fernando Iwasaki, entre otros.
Pero hoy no sólo enfrenta la pandemia sino un momento de reinvención de su plan editorial y estrategia de sus canales de venta, de redefinición de su esquema económico y de producción, tal como afirma en entrevista con EL UNIVERSAL Rafael Pérez Gay, quien reconoce que es un duro golpe la inhabilitación porque no pueden tener ningún convenios con las instituciones públicas.
“Es un golpe de 25%, 30% en ventas, pero todavía el talento, la imaginación y la solidaridad pueden sacar adelante pequeñas empresas culturales como Cal y Arena”
Rafael Pérez Gay, escritor y editor
¿Es letal la sanción?
La sanción, o mejor, el acoso político que la Función Pública ha realizado sobre esta razón social alcanza de modo muy intenso a la editorial Cal y Arena porque estamos inhabilitados para venderles a las librerías del Fondo de Cultura Económica, a las librerías Educal, y no podré sentarme a la mesa del director de Bibliotecas, por ejemplo, del gobierno de la República y de la Secretaría de Cultura, para trabajar alguna cosa juntos.
¿Qué se inhabilita?
No podamos tener ningún trato comercial con absolutamente ninguna dependencia de la federación, del gobierno de la República, pero no sólo eso, en el caso de la editorial Cal y Arena lo que están inhabilitando es una editorial que lleva 32 años publicando libros, de verdad contra viento y marea, crisis tras crisis; quien conoce el mundo editorial sabe que poner una editorial no es un gran negocio, muy por el contrario, son más las penalidades, son más los tragos amargos, pero siempre tienes la satisfacción de estar poniendo en el mercado libro tras libro de una buena cantidad de autores.
Tenemos dos colecciones, una que son los Imprescindibles, otra que son los Esenciales del siglo XX, pero publicamos crónica, cuento, novela, hemos sido plurales, de modo que esta inhabilitación y este acoso también es contra los libros de la editorial. Es muy importante señalar que se trata de un castigo contra los libros; esto define y nos dice mucho del gobierno que hoy tenemos.
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¿Castigo por vender libros?
Vivimos de vender libros a quien nos los compra, porque no es delito vender libros al gobierno, no es delito poder acercarte a vender libros a la Dirección General de Publicaciones, que para eso está, que para eso se creó, para apoyar, para ser un facilitador de las editoriales mexicanas que pasan ya desde hace mucho por una larga crisis, de modo que tenemos una crisis sanitaria ocasionada por una pandemia brutal, por una pesadilla, y después una inhabilitación de la Función Pública.
La secretaria Irma Eréndira Sandoval ha dicho que nosotros hemos falsificado, falso, no falsificamos nada; el Presidente ha dicho que cambiamos de facturas, falso, no es un problema de facturas, es un problema eminentemente de hostilidad política.
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Sede de Cal y Arena, editorial de la empresa Nexos multada e inhabilitada por el gobierno.
¿Podrían cerrar?
No vamos a cerrar la editorial. Vamos a hacer todo lo que tengamos que hacer para seguir publicando, tengo que revisar el plan editorial, probablemente publicaré menos, publicaba entre 22 y 25 libros al año, más otras 20, 25 reimpresiones; es decir, una editorial pequeña que circula razonablemente bien en el mercado editorial mexicano, cuyos libros se han dedicado a reflexionar sobre la realidad política mexicana pero que al mismo tiempo se han dedicado a darle vuelo a la imaginación en los cuentos y novelas de una gran cantidad de escritores mexicanos.
Necesito revisar este plan editorial, necesito pedir la solidaridad de quienes nos apoyen, es ir a la empresa privada, es acercarse a gente que esté dispuesta a comprar, y pedir que compren los libros de Cal y Arena. Por fortuna, unos días antes de la publicación en el Diario Oficial de la Federación habíamos cerrado un trato con el Fondo de Cultura y con Educal, por eso todavía verán durante los próximos días, y quizás meses, algunos de nuestros libros en esas librerías, pero cuando esos libros se vendan, ya no podremos llegar a ellas, y es un porcentaje alto.
¿Se reducen las ventas?
Necesitamos encontrar los sustitutos de estas muy buenas librerías, me refiero a las del Fondo y a las de Educal, que no comprarán nuestros libros. Probablemente es un golpe de 25%, 30% en nuestras ventas; eso lo tenemos que sustituir. Todavía el talento, la imaginación y la solidaridad pueden sacar adelante pequeñas empresas culturales como Cal y Arena.
¿Reinventarse, ajustar el plan editorial?
Cal y Arena pasa por uno de sus años más difíciles, pero también pasamos el 95 y salimos adelante, en aquel año la editorial bajó sus publicaciones, es lo que pienso hacer ahora, publicar menos y cada vez que publique tiene que ser un tiro de precisión, un libro que tenga sentido por algún motivo, no solo comercial.
¿El gobierno les compraba libros?
Las librerías de Educal y del Fondo siguieron comprando nuestros libros, no así el gobierno, el gobierno no nos ha comprado un sólo libro en ventas directas, ni la Secretaría de Educación Pública ni la Dirección General de Publicaciones ni la Secretaría de Cultura un sólo libro nos han comprado desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones en julio de 2018.
¿Ventas en bibliotecas?
Eso se acabó, este gobierno no compra libros, no compra cultura, este gobierno se dedica básicamente a adoctrinar mediante un programa que se llama Cultura Comunitaria, y que junta todo en una sola editorial que es el Fondo de Cultura Económica, que reúne a Publicaciones y a Educal y desde ahí publica lo que un pequeño grupo de escritores y de editores decide publicar; es decir, se acabó la pluralidad, no hay pluralidad, hay un pensamiento único.
¿Ya no hay ni coediciones?
La fusión de la Dirección General de Publicaciones, Educal y del Fondo de Cultura Económica fue precipitada. Soy de los que cree que el Estado no debe ser un gran estado editor, debe facilitar a la empresa privada, y llamo empresa privada a Cal y Arena, a Sexto Piso, a Almadía, a Ediciones Sin Nombre y a los grandes gigantes que son Random House y Planeta, bueno es lo que el gobierno debe hacer, facilitar y las coediciones son un buen camino para apoyar el mundo editorial.
Soy de la opinión de que justamente la compra para bibliotecas es apoyo a las editoriales, es hacer que los libros lleguen a la sociedad, pero eso al parecer se ha terminado en este gobierno, no sé de nadie, no sé todavía de una editorial a la que le hayan hecho una compra de libros como se hacía en el pasado; insisto, no es ningún delito ir con tu producto y venderle al gobierno de la República los libros que tú haces.
¿Venden más que libros?
Sí, y no hablo solo de “Nexos” y de Cal y Arena, hablo de un gran conjunto de medios que producen algo que es muy importante: conocimiento, que producen imaginación, y que producen con conocimiento e imaginación una visión del mundo, y esa visión del mundo no puede ser sino una visión democrática, plural, alejada del pensamiento único y de la concentración de poder.
¿Este año es el más crítico en 32 años de historia?
El 2020 es un año que será inolvidable para el mundo entero y para México en todos los órdenes; en el mundo editorial nadie olvidará el 2020 puesto que se cerraron las librerías, se cerraron los talleres, las imprentas pararon, se dejó de publicar durante más de medio año, todavía hay editoriales que no han publicado papel; nosotros hemos intentado mandar un mensaje: ‘Estamos más vivos que nunca en online’. Sin duda 2020 es el año más duro que ha vivido la editorial Cal y Arena, si te acercas a cualquier editor te dirá lo mismo porque la pandemia lo arrasó todo.
Arrasó con todo lo que tuviera que ver con la cultura, durante un gobierno que no es ningún sentido sensible a la cultura; la cultura para este gobierno es algo absolutamente ornamental, dicen que les interesa la cultura pero la cultura no les interesa, basta que revises los recortes o que le preguntes a la secretaria Frausto lo que le han recortado.
¿La crisis económica no llegó con la pandemia?
Antes de la pandemia el crecimiento ya estaba en cero y ahí es donde nos toma la crisis sanitaria, de modo que lo que tenemos es una crisis sanitaria que avanza pareja a una crisis económica. Si hablas de libro, pues claro nuestras ventas bajaron, yo como director tuve que tomar algunas decisiones sobre qué publicar, qué no publicar, no sobrecalentar la máquina y tener muchísimo cuidado con el manejo del dinero, con la cobranza, con los indicadores que tienes que tener si diriges una pequeña empresa: ingresos, egresos, crédito, cobranza, producción, tratar de abaratar costos, tratar de hacer libros un poco más baratos y tratar de acercarte a vender no sólo en las librerías sino a gente sensible a la cultura; eso es lo que habíamos venido haciendo en los últimos dos años y vamos todavía a seguir haciéndolo.
¿Tienes energía, confianza para seguir y buscar nuevas fórmulas?
Sí. Tengo confianza en que hay empresarios sensibles a la cultura, tengo confianza en que hay lectores que comprarán nuestros libros, lo único que no tiene límites, lo único que no se puede detener es la imaginación ni el talento aun cuando te persigan, incluso cuando te persiguen es cuando el talento y la imaginación deben imponerse.
¿Han procedido al amparo contra la sanción?
No, pero desde luego hay una respuesta legal que va en curso, hay un grupo de abogados trabajando en una respuesta legal contra esta inhabilitación.