El director mexicano Manolo Caro desea evitar los errores del pasado que retrata Alguien tiene que morir, una miniserie sobre una familia conservadora en la España de Franco cuyo único hijo es homosexual.
La familia en el centro de la historia, que debuta el viernes en Netflix, no es cualquiera. El padre, interpretado por el actor español Ernesto Alterio, es el subdirector general de prisiones y se encarga de reprimir a republicanos y homosexuales por su propia mano. La madre, encarnada por Cecilia Suárez, es una mujer mexicana que ante este ambiente asfixiante decide enviar a su hijo Gabino a México.
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Gabino, a quien da vida Alejandro Speitzer, regresa a España a visitar a su familia, pero no llega solo: viene acompañado por Lázaro, un amigo bailarín mexicano interpretado por Isaac Hernández con el que planea recorrer Europa. Las cosas se complican cuando su familia — incluida la abuela interpretada por la primera actriz Carmen Maura — tiene otros planes para él: un matrimonio arreglado con la hija de una familia adinerada (Ester Expósito). Pero Gabino está enamorado de Lázaro.
Caro retoma su mancuerna con Suárez después de las tres temporadas de la serie de Netflix La casa de las flores y películas como Perfectos desconocidos, Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando y La vida inmoral de la pareja ideal. El director dijo sentirse como “en casa” al trabajar con ella nuevamente, y Suárez lo correspondió.