Obras con gran fuerza de expresión, imágenes poéticas de distintas tonalidades emocionales y profunda melancolía, piezas que parten de textos literarios, unas eróticas, otras juguetonas.

El universo temático que el artista Francisco Toledo (1940-2019) recreó en su obra gráfica “lo confirma como uno de los grandes creadores en la historia de esta técnica, en la que exploró no sólo el grabado, que era su favorito, sino la xilografía, el aguafuerte, la punta seca, el masonite y la litografía en piedra, entre otras. No hubo técnica de la estampa que no conociera”, comenta Fernando Gálvez de Aguinaga.

En entrevista, el crítico de arte y curador asegura que la muestra Gráfica 1999-2019 del creador oaxaqueño, que revisa 20 años de su producción a través de 156 piezas, “en su conjunto está a la altura de las grandes series de la historia plástica universal”.

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Explica que Toledo “se fascinó con esta rama del arte y desde joven se afirmó con un estilo propio. Además, hizo de la gráfica el mundo central a través del cual desplegó su trabajo como promotor cultural”.

Quien dirigió de 2001 a 2005 el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, una de las instituciones culturales que fundó Toledo, destaca que la exposición, que se inauguró ayer en la Galería Juan Martín (Dickens 33-B, Polanco), demuestra que el también pintor y escultor estaba “en un nivel de madurez artística indiscutible”.

Recuerda que la última gran muestra europea del juchiteco fue en el Museo Reina Sofía de España en el 2000. “Las últimas dos décadas se concentró en la gráfica. Hace falta elaborar un catálogo razonado de esta técnica, para revalorar toda su obra creada en este formato”, reflexiona.

El escritor y periodista destaca los autorretratos de la muestra. “Antes, Toledo se pintaba enmascarado, su cara detrás de alguna geometría o, con recursos de color, ocultaba su rostro. Éste sólo aparece reconocible hasta 1998, pues sentía que llegaba a la vejez y afirmaba su persona. Esto se podrá observar ahora”, dice.

Ordenada de manera cronológica a lo largo y ancho de las dos plantas de la galería que dirige Malu Block, Gráfica 1999-2019 da cuenta de series como las dedicadas al personaje Pinocho de Carlo Collodi (al que pinta travieso, lujurioso y bebedor), al escritor checo Franz Kafka, al fabulista de la antigua Grecia Esopo, a la muerte o al sismo de 2017 que sacudió Oaxaca; así como a distintos animales, osos, cangrejos, hormigas, cocodrilos, y varios autorretratos.

Graciela Toledo, hermana del artista plástico y organizadora de esta iniciativa, detalla que la mayoría de las obras son en blanco y negro y que sólo ocho son a color.

Describe que las piezas más antiguas son las aguatintas Muerte pisando al sapo y Muerte con canasto, hechas en 1998; y la más reciente, la última que entregó, que se exhibe por primera vez, es Tres beisbolistas, realizada poco antes de su muerte el año pasado.

La galerista señala que esta muestra, que estará abierta hasta el próximo 15 de mayo, presenta algunas de las gráficas que formaron parte de la exposición que Toledo exhibió en la Juan Martín en septiembre de 1999. “De algunas ya son los últimos ejemplares, pues él imprimía las series en pequeñas cantidades, sólo 30, 25 o incluso dos números”.

Y aclara que no es un homenaje, pues al artista no le gustaban, sino que quisieron evocarlo como uno de los creadores fundamentales de la galería que se inauguró en 1961 y de la que formó parte desde 1967.

Indica que publicarán un catálogo de Gráfica 1999-2019 y que su hermano dejó su obra y su correspondencia muy ordenada, pero que aún no han revisado nada. “Es muy pronto. Todo a su tiempo”, agrega.

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