Un libro en el que Federico X de Dinamarca reflexiona sobre su reinado, su vida y el cristianismo ha aparecido por sorpresa publicado este miércoles en las librerías, tres días después de su subida al trono tras la abdicación de su madre, la reina Margarita II.

“Palabras de Rey”, de 112 páginas, fue mantenido en secreto hasta hoy, y la propia editora, Politikens Forlag (vinculada al principal diario danés), reveló que no fue contactada por la Casa Real hasta el día de Fin de Año.

El libro ha sido escrito por Jens Andersen, quien ya publicó hace seis años una biografía del entonces príncipe heredero, y se basa en conversaciones mantenidas entre los dos en el último año.

“No veo como un paso abrupto convertirme en regente. Está claro que tendré más trabajo y algunas tareas un poco distintas, pero seguiré siendo la misma persona y mi enfoque seguirá siendo el mismo que antes”, reflexiona el monarca en el libro.

Federico X abunda en los problemas que de joven tenía para asumir su futuro rol de monarca, y que él mismo ya reveló hace muchos años.

“Sólo quería ser como todos los de mi edad, y durante muchos años no me gustaba decir rey sobre mi mismo. Mi cumpleaños número 18 lo recuerdo casi como el fin del mundo, la sensación de que todo lo divertido y emocionante se acababa. Por suerte no fue así”, afirma.

A superar la “frustración” que a veces le hacía desear “empujar o golpear” a algún compañero de clase por mencionar que algún día sería rey le ayudó mucho su abuela materna, la reina Ingrid, según explica Federico, de 55 años.

De su esposa, la reina Mary, Federico dice que es su “compañera” y “copiloto”, que preparan juntos muchos actos y comparten la preocupación por el cambio climático, además de recordarle de vez en cuando “que por supuesto no siempre tengo razón”.

Federico, que en su condición de rey es el cabeza de la Iglesia nacional luterana, revela que él y Mary siempre han rezado por las noches con sus hijos y que los dos más pequeños aún quieren rezar el Padre Nuestro con sus padres ante de irse a dormir. 

EFE

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