Todo empezó como un podcast de humor en torno al Instagram de Britney Spears. Años después, #FreeBritney moviliza en las redes sociales, además de a sus fans, a organizaciones de personas vulnerables y defensores de derechos cívicos para rescatar a la megaestrella de una tutela.

En 2017, Tess Barker y Babs Gray solo querían divertirse con la red social de la intérprete de “Ups!… I Did It Again”.

Pero estas comediantes estadounidenses se sintieron rápidamente intrigadas por esa tutela y se preguntaron si no se trataba de un plan “tóxico” (y así titularon el podcast, tal como uno de los éxitos de la cantante, “Toxic”).

Este mecanismo legal dio en 2008 al padre de Britney Spears la potestad de decidir casi todos los aspectos de su vida, tras una serie de comportamientos erráticos de la artista que los paparazzi ayudaron a publicitar. “Y se convirtió en un podcast de investigación”, titulado ‘Toxic'”, cuenta Barker.

Con su colega, se sumergieron entonces en las audiencias legales sobre el tema para hallar claves sobre lo que había detrás.

En 2019, Britney Spears desapareció de las redes sociales y ellas recibieron un mensaje de audio alarmante: que la estrella pop había sido internada a la fuerza en una clínica psiquiátrica. El informante dijo ser un exmiembro de una firma que también gestiona la tutela.

El siguiente episodio del podcast, titulado “#FreeBritney” (Liberen a Britney), se volvió viral y global. Y el hashtag sigue publicándose tras haber sido usado medio millón de veces cuando Britney Spears dio un testimonio explosivo a fines de junio.

“Traumatizada” y “deprimida”, afirmó no tener poder para decidir sobre sus amistades, sus finanzas e incluso su disposición o no a concebir un hijo.

De Brasil a Filipinas

El grito de guerra digital en favor de la estrella se utiliza desde el Reino Unido hasta Filipinas, pasando por Brasil, desde donde se genera una cuarta parte de las publicaciones que llevan la etiqueta, según la herramienta de análisis de Twitter Hashtagify.

En Chile, Andrea Corina López, fan de Britney y quien sufrió de trastornos mentales, lanzó su canal #FreeBritney en YouTube para ayudar a los hispanohablantes a seguir la evolución de la batalla iniciada para que la intérprete de “Baby One More Time” rompa sus cadenas legales.

El lema también se utiliza en carteles de manifestaciones a favor de Britney fuera de la corte de Los Ángeles durante las audiencias para revisar el caso y en concentraciones en otras ciudades.

“Antes la gente podía presentarse en los tribunales con carteles de ‘Te quiero’, pero es muy diferente si ocurre en Twitter”, estima Katherine Larsen, editora del Journal of Fandom Studies, publicación académica estadounidense que versa sobre el universo de los fanáticos.

“Fueron años”

Y para ejemplificar a lo que se refiere, recuerda que los fans del grupo de estrellas del K-pop BTS lograron recaudar un millón de dólares en un día para el movimiento Black Lives Matter con una movilización digital.

“Hay muchas personas involucradas en el movimiento #FreeBritney que ni siquiera escuchan su música”, dice Babs Gray.

Asociaciones de personas vulnerables, defensores de los derechos civiles y abogados se han sumado a las filas, lo que es ya una gran victoria para Jordan Miller, quien dirige la página web de fans BreatheHeavy y ha estado firmando publicaciones con FreeBritney desde 2009.

“Fueron años de escribir sobre esto, de hablar sobre esto, para que el mundo viera lo que yo vengo viendo desde hace tiempo”, afirma este hombre.

“El final feliz es que Britney Spears algún día pueda disfrutar de las mismas libertades que todos tienen derecho a tener”, concluye Tess Barker.

Y el miércoles, la cantante dio un primer paso: una jueza la autorizó a elegir por primera vez en 13 años su propio abogado para intentar anular la tutela, que la priva de buena parte de su autonomía.

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