La histórica Ermita Vasco de Quiroga será restaurada para ofrecer al público un herbolario, un salón de lectura y una librería; el Centro Cultural Urbano integrará los grafitis que los jóvenes han pintado en la zona abandonada de Atlantis y el Rollo; la Bodega Nacional de Museos almacenará, conservará y restaurará las colecciones del Estado; el Centro de Cultura Ambiental incluirá el Museo de Historia Natural y la zona del Cárcamo; y en Los Pinos se abrirán el Museo del Maíz y un Centro de Cultura Política.

15 nodos detonarán diversos proyectos, tanto culturales como de otras disciplinas, a lo largo de los 12 kilómetros

Estos son algunos de los 15 nodos o proyectos, “no necesariamente espacios nuevos”, que el artista contemporáneo Gabriel Orozco (1962) ha establecido en el Plan Maestro para la rehabilitación del Bosque de Chapultepec que entregará “más afinado” en abril próximo, al año de haber aceptado la invitación del presidente Andrés Manuel López Obrador para coordinar lo que llama “el más grande de mis proyectos”, que insiste en realizar “pro bono”, es decir, de forma gratuita.

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Tras diez meses de recorrer los 12 kilómetros que mide el bosque “de punta a punta”, de observar cómo lo viven los capitalinos, de conversar con especialistas, de escuchar propuestas para “enlazar”, “comunicar” y “transformar” sus cuatro secciones y de armar un equipo de trabajo, el creador veracruzano afirma en entrevista con Excélsior que ya está definida la mayoría de las plataformas y los pabellones que detonarán diversos proyectos y generarán un plan de acción cultural.

A los espacios citados se sumarán el Pabellón Contemporáneo, que contempla una biblioteca y un futuro programa de adquisiciones “para establecerlo como un museo”; una “sucursal” de la Cineteca Nacional en la cuarta sección; el Paseo del Agua, además de “un buen paseo ciclista y otro peatonal” y pistas para patinetas; un Paseo Memorial en el Panteón Civil de Dolores y la catalogación de sus árboles; y “un nodo para conectar los 11 museos, donde está el Jardín Botánico, ahí queremos generar un nuevo espacio cultural”.

Con un presupuesto total de unos 10 mil millones de pesos, de los que se han asignado para este año mil 668 millones, el egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM detalla que la transformación del Bosque de Chapultepec se desarrollará de aquí al 2023, aunque “ya estamos empezando algunos puentes y demoliciones”.

Dice que está elaborando el Plan Maestro con tres arquitectos: Benjamín Romano, el artífice de la Torre Reforma, Mauricio Rocha y Rozana Montiel. “Con Rozana estoy viendo la zona de amortiguamiento y como generar circulación y accesibilidad. Este año se terminarán unos cuatro espacios y los puentes”.

Para el escultor, pintor, fotógrafo y dibujante, el bosque es como un gran museo. “Me he aproximado a él como a un organismo, a un cuerpo vivo. Tiene algo de escultura pública, de creación de un paisaje. Me imagino cada zona, cuenca, esquina, estacionamiento, cómo podríamos integrarlo. En cierta manera estamos inventando un bosque”, piensa.

Explica que están en la etapa de dibujarlo. “Si esto fuera una pintura o un gran mural público, te diría que lo estamos trazando. Ya tenemos una zonificación del bosque en áreas de conservación, de amortiguamiento y las bioculturales. También queremos dejar y conservar zonas de silencio. Viendo la especialidad de cada una, las intervenciones artísticas empiezan a dibujarse”.

ESPACIOS PERDIDOS

Quien también estudió en el Círculo de Bellas Artes de Madrid admite que en Chapultepec “hay muchos espacios perdidos, subutilizados, abandonados o llenos de basura” y otros que se deben limpiar y “podar”.

El concepto de poda se aplica tanto a la arquitectura como a la cultura; es decir, también se puede reforestar a nivel social. No he pensado aún en intervenciones artísticas puntuales o en invitar a artistas determinados para que hagan algo, porque lo estamos haciendo todo de manera integral.

Por lo pronto no hemos contemplado esculturas públicas. Al contrario, hay algunas que medio sobran. El arte público debe ser funcional; se priorizará esto, la funcionalidad ambiental y urbana, no la escultura clásica de camellón que a veces sólo estorba”, aclara.

Mas que un eje conceptual o un sólo tema que dé identidad al proyecto Chapultepec, el autor de obras como Perro durmiendo (1990), Caja de zapatos vacía (1993) y Matrix móvil (2006) apuesta por la diversidad de significados.

Mi obra creativa siempre ha estado ligada a la naturaleza. He trabajado con materia orgánica y animales, flora. Conozco muchas maneras de hacer parques, paisajes, bosques. Aplicaré conceptos aprendidos en Japón, como las zonas de silencio, los circuitos de caminatas y los espacios contemplativos.

Hay que imaginar que una persona puede llegar de un lado a otro del bosque, para crear los paraderos y los servicios que se pueden necesitar en ese trayecto, y eso genera ya una narrativa”, indica.

Quien vive y trabaja entre Nueva York, México y Francia asegura que la rehabilitación de las cuatro secciones “no será un borrón y cuenta nueva”, sino que se recuperará la memoria histórica y social de cada área o inmueble. “Lo veo como una especie de ruina histórica y urbana, que además está viva y en actividad”.

Destaca que han estado trabajando, de manera interdisciplinaria, con diversas instancias tanto federales como capitalinas, con las alcaldías y diversos concesionarios.

El presupuesto que calculamos no se le recorta a Cultura, sino que están involucradas varias instituciones, el gasto viene a través de ellas. Pero Cultura es una de las más activas, con la que más trabajamos, pues de ella dependen el INAH, el INBA, Los Pinos y los 11 museos de la zona”, concluye el artista que septiembre próximo presentará una exposición en Nueva York.

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