El pintor del color, las manchas y líneas, de las matemáticas y la abstracción, así es conocido el ruso Wassily Kandinsky, quien con sus cuadros y estudios teóricos facilitó la difusión y aceptación de los movimientos vanguardistas en el mundo, así como una transformación total del arte en la historia universal.

Su afán por encontrar “la esencia del arte” lo llevaron a la búsqueda de la expresión más pura de sentimientos, ideas y sensaciones a través sus pinceladas, lo que pudo plasmar en muchas de sus 738 pinturas, 730 acuarelas y un número impreciso de bocetos y estudios, según un catálogo publicado por su esposa Nina tras la muerte del artista.

Vasili Vasílievich Kandisnki, su verdadero nombre, nació en Moscú el 16 de diciembre de 1866 en una familia que le animó a estudiar dibujo y piano; se matriculó en Derecho y Economía, ejerció como jurista y promotor de la cultura popular rusa, además de maestro en la Universidad de Moscú, pero al llegar a los 30 años decidió abandonar esas profesiones para enfocarse a su vocación artística.

Dos hechos influyen en esta decisión: una exposición del artista holandés Rembrandt, ante cuyo trabajo “siente” que los cuadros “suenan”, que generan vibraciones en su alma pero no por las figuras pintadas, sino por sus colores, combinación y composición; allí comienza a intuir que debe de haber una manera lógica de armonizar esos elementos, como sucede con las notas musicales.

Esa idea es confirmada durante su asistencia a una exhibición del pintor francés Claude Monet, que le permite percibir esa “música visual”. Es cuando empieza a considerar que los colores deben abandonar las figuras a las que están sujetos para, por ellos mismos, dar libertad a la expresión de las ideas y emociones.

El ruso cambia su nombre a Wassily Kandinsky y a partir de 1898 comienza a pintar: primero paisajes de estilo postimpresionista, de boga en ese momento, con cuadros como “Ciudad Antigua II” y “Campanario”. Luego seres mitológicos como dragones, representaciones de cuentos y leyendas rusas, al igual que personajes de caballería y jinetes, entre los que sobresale San Jorge.

Sus trabajos son de gran formato y artísticamente pobres, pero es notorio su innovador y explosivo uso del color, como en “Iglesia roja”. Más tarde busca su estilo entre los movimientos fauvista, con el uso y realce del color puro, así como el jugendstil, que fue la visión alemana del modernismo.

En 1896 se traslada con su esposa Anna Tschimikian (o Chimyakina) a Munich, Alemania, donde cuatro años después entra a la Academia de Artes y en 1901 funda con otros intelectuales el grupo Phalanx con el que organiza hasta 11 exposiciones colectivas e inaugura su primera escuela de pintura, que se declara en quiebra al año siguiente.

Kandinsky no limita su propuesta artística a la pintura, da a la música un lugar primordial en su vida al grado de convertirse en un melómano y un apasionado de la ópera, en especial de Wagner. Uno de sus objetivos es que sus cuadros toquen los hilos más profundos del alma de cada espectador como hace la música, que es el único arte abstracto por su propia naturaleza.

Coquetea igualmente con la literatura e incluso en 1913 publica el libro “Klänge” (Sonidos), con poemas como “Fagot” y “Ver”, que además ilustra con 56 xilografías atípicas del moscovita, por ser en blanco y negro. También escribe obras de teatro abstracto en las que antepone los sonidos y bailes sin sentido al argumento, algo típicamente dadaísta.

Entre 1903 y 1904 se separa de Anna (de quien se divorciaría en 1911) y se va a Francia, donde expone por vez primera en el Salón de Otoño, en París; después viaja a Países Bajos, Túnez, Italia, hasta establecerse en Murnau, muy cerca de Múnich, donde vive un romance con su estudiante Gabriele Münter y pinta paisajes alpinos como “Murnau” e incluso algunos retratos, entre 1908 y 1910.

En esta época comienza sus análisis sobre las formas y, sobre todo, el color; desarrolla la idea de que las figuras no son importantes en el arte, antes bien se debe privilegiar la expresión de emociones y sentimientos que reflejen “lo que es real” sin tratar de dar una imagen exacta de la realidad; en sus escritos se lee: “el objeto perjudica mis cuadros”.

Entre 1908 y 1911 escribe “De lo espiritual en el arte”, compendio de sus ideas sobre el estrecho vínculo que hay tiene el arte y el yo interior; que publica en 1912.

En ese lapso, llamado Dramático, también va forjando su propio estilo que se muestra ya con claridad cuando presenta su “Primera acuarela abstracta”, que durante muchos años se consideró la primera obra de abstracción lírica, que si bien fue fechada en 1910 luego se ha comprobado que se hizo en 1913. Otras obras de esta etapa son “Círculo dentro de círculos”.

Prolífico, en su proceso de abstracción progresiva dividió sus obras en tres grupos: “Impresiones”, con cuadros inspirados en la naturaleza; “Improvisaciones”, que reflejaban sentimientos y emociones, así como “Composiciones”, pinturas basadas en estudios previos y reflexiones que si bien tenían un gran rigor compositivo, eran creadas con total intuición.

En Alemania entra en contacto con el pintor suizo Paul Klee, con quien mantendrá una fuerte amistad toda su vida; en 1909 es nombrado presidente de la Nueva Asociación de Artistas de Murnau, con lo cual adquiere renombre e influencia.

Organiza tres exposiciones con artistas locales y extranjeros, entre ellos Pablo Picasso, pero son severamente cuestionadas por los críticos alemanes que los tachan de drogadictos, estafadores e ignorantes. Los miembros de la asociación lo culpan de esta reacción y él se separa de ella.

Con los pintores Franz Marc y Augusto Macke funda, entonces, el grupo “Der blaue reiter” (“El jinete azul”), que como manifiesto difunde un Almanaque con textos sobre teoría del arte y la abstracción, 144 dibujos y grabados, además de partituras del pintor y compositor Arnold Schönberg.

Cuando ya tenía 46 años, en 1912, expone por vez primera de manera individual, pero nuevamente es criticado con severidad. De esta época es su obra “Composición II” (destruida durante la Segunda Guerra Mundial), en el cual las líneas dejan de ser un contorno de alguna figura para convertirse en un elemento más de su obra, en ese afán de “hacer sonar lo interior mediante la eliminación de lo exterior”.

Dos años después se desata la Primera Guerra Mundial y Kandinsky huye primero a Suiza, donde le abandona Gabriele, y luego regresa a Moscú. Allí conoce y contrae matrimonio con Nina Andreievsky.

En Rusia triunfa la Revolución de Octubre, en 1917, y el gobierno socialista de Vladimir Illich Lenin expropia todos los inmuebles de su familia, de cuyas rentas vivía. Pero él acepta sin sobresaltos las acciones del nuevo gobierno y nuevamente se convierte en profesor, ahora de la Academia de Moscú.

Reorganiza museos en todo el territorio de la Unión Soviética, lo que le permite promover a los artistas de vanguardia, y dirige el Museo de Cultura Pictórica. Acepta un cargo en el Departamento de Bellas Artes del Comisariado Popular de la Educación, desde donde impulsa reformas en las escuelas de arte en su país.

En su trabajo artístico, en tanto, da más fuerza a “la composición con carácter espiritual”, con un nuevo sentido de la profundidad y la percepción de sus cuadros, lo cual plantea a través de formas geométricas.

Alrededor de 1921 tiene diferencias tanto con el gobierno ruso, que ordena que toda creación artística debe plegarse a los intereses propagandísticos de la Revolución, como con artistas de otras corrientes artísticas.

Por eso acepta la propuesta del director Walter Gropius de dar clases en la famosa y muy reconocida Bauhaus, escuela de arte, diseño y arquitectura establecida primero en la localidad de Weimar y después en Dessau, ambas en Alemania, donde permanece de 1922 a 1932.

Allí enseña pintura mural, dibujo analítico, pintura libre y elementos abstractos de la forma, clases que imparte con su amigo Paul Klee y con quien en 1926 cofunda el grupo “Los cuatro azules”, que integran con los pintores Alexej von Jawlensky y Lyonel Feininger, cuyas obras son expuestas en Alemania y Estados Unidos.

También en 1926 Kandinsky publica su libro “Punto y línea sobre el plano”, por el que promueve la pintura fundamentada en la aplicación de las matemáticas en la composición, especialmente la geometría analítica. Aquí sobresalen “Composición 8”, “De las frías profundidades”, “Amarillo-azul-rojo” y “En blanco II”.

Sin embargo, el 11 de abril de 1933 el gobierno nazi clausura la Bauhaus “por promover el arte bolchevique y decadente”; Kandinsky decide trasladarse a Francia, donde permanece hasta su muerte, el 13 de diciembre de 1944.

De esta época son obras como “Cielo azul” e “Ímpetu moderado”, su último cuadro. Contemporaniza con Marc Chagall, Joan Miró y Piet Mondrian

Para ese entonces ya ha sido maestro, escritor, melómano, promotor y gestor del arte vanguardista, burócrata, poeta; teórico del arte sobre la composición, los colores y las emociones que estos despiertan en las personas; estudioso del arte y la respuesta que genera en el espíritu humano; pionero de la abstracción, un pintor que incursionó en el diseño gráfico y en el teatro.

Wassily Kandinsky es un innovador que transformó la escena artística mundial; un pintor que creyó que el arte debe nacer de algo netamente espiritual, pero que puede ser racionalizado; un polímata que facilitó la expansión de los horizontes culturales.

Publicidad