Damaris Betancourt, realizó un proyecto fotográfico acompañado de una reflexión sobre la condición actual de la capital cubana, en este ejercicio pictórico y literario la autora visual asegura que la Habana se derrumba y su agonía es larga y silenciosa. No hay escombros sino ruinas.

Estas fotografías muestran La Habana cotidiana y la aniquilación arquitectónica que sufre. Hay aquí una mirada hacia la espera, el vacío y la pérdida que gravitan sobre la vida del cubano.

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El desencanto y la desidia consolidan la inmovilidad social. Son a la vez efecto y causa. Vivir entre ruinas condiciona.

Hace más de medio siglo la ciudad se detuvo en el tiempo. Desde entonces los habaneros viven en estado provisional. Esta serie es un testimonio sobre esa Habana.

No pretendo difundir una idea frívola de la destrucción. Aspiro a retratar el día a día sin violentarlo.

Quiero continuar enriqueciendo este inventario fotográfico antes de que por fin llegue la democratización de Cuba. La idea es promover el debate sobre el presente y el futuro mi ciudad natal a casi 500 años de historia.

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