Actor, productor, director y músico son las facetas en las que incursionó Héctor Bonilla, quien deja un imprescindible legado en las artes escénicas del país. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) lamentan el deceso del reconocido artista egresado de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) cuya trayectoria siempre tuvo un compromiso social y político.

La titular de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, lamentó el deceso de Héctor Bonilla, a quien consideró solidario, amoroso, aliado de las causas más justas y siempre congruente. Y agregó: “Despedimos con enorme tristeza al gran actor y amigo Héctor Bonilla”.

Tras manifestar su reconocimiento al primer actor, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, externó su agradecimiento a Héctor Bonilla “por todo lo que dio al teatro, a la cultura mexicana” y recordó el emotivo homenaje que el Instituto le rindió en el Teatro del Bosque Julio Castillo en agosto de 2019. “Ahí leyó ese contundente epitafio. Abrazos a su familia, a la comunidad cultural”.

Fue el 14 de agosto del 2019, cuando la Secretaría de Cultura federal y el Inbal ofrecieron al primer actor aquel emotivo homenaje por sus 50 años de trabajo actoral en teatro, cine y televisión y recibiendo, además, el reconocimiento Trayectorias notables de las artes en México.

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En ese homenaje, participaron Susana Alexander, Patricio Castillo, Julieta Egurrola, Damián Alcázar y Mario Iván Martínez, acompañados por Fernando y Sergio Bonilla, recordando la prolífica carrera de quien protagonizó 140 puestas en escena en los más reconocidos teatros de México.

La Secretaría de Cultura federal y el Inbal, en acuerdo con la familia, realizarán un homenaje póstumo el lunes 28 de noviembre de 2022 en el Palacio de Bellas Artes.

Trayectoria vital en las artes escénicas

Originario de Tetela de Ocampo, Puebla, Héctor Hermilo Bonilla Rebentun estudió en la ENAT donde tuvo profesores de la trayectoria de Alejandro Jodorowsky.

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura rindió un homenaje al histrión en 2019 en el Teatro del Bosque Julio Castillo, el cual, comentan, fue el primer escenario que pisó al inicio de su amplia trayectoria. Como actor participó en teatro, cine y televisión desde hace más de medio siglo.

Su debut profesional fue en el teatro. En su reseña de la puesta en escena de Puños de oro, de Clifford Odets –una de las primeras en las que participó Héctor Bonilla–, publicada el 29 de julio de 1962, en el suplemento Diorama de la Cultura de Excélsior, Marcela del Río aseveró: “Héctor Bonilla es un joven actor de enormes posibilidades, con presencia escénica que logra convencer y emocionar”.

Como actor, intervino en más de 140 montajes, de los que destacan Zaratustra, de Jodorowsky; ¿Mi vida es mi vida?, de Brian Clark; Los argonautas, de Sergio Magaña; El extranjero, de Larry Shue, y Almacenados, de David Desola, así como las comedias musicales El diluvio que viene, de Pietro Garinei y Sandro Giovannini, y Sugar, de Peter Stone, Jule Styne y Bob Merrill, entre muchas otras.

Con Cartas marcadas, por la necesidad de regresar a los escenarios se adaptó a las nuevas formas de teatro en línea que impuso la contingencia por la COVID-19.

Su primer montaje como director fue El tejedor de milagros, de Hugo Argüelles. La misma Marcela del Río, también escribió en febrero de 1966: “Pasando a lo que es la puesta en escena, debe señalarse que la iniciación de Héctor Bonilla en la tarea directiva es, más que una promesa, una realidad. Su forma de manejar las situaciones, de plasmar los caracteres, de componer su plástica, manifiestan en Bonilla dotes indiscutibles para esta nueva actividad, dentro de la cual revela imaginación y seguridad”.

En cine y televisión actuó en casi 100 producciones. En 1962 debutó en la pantalla grande en Jóvenes y bellas, de Fernando Cortés, y en 1967 en televisión, en la serie La casa de las fieras. Entre su trabajo cinematográfico se encuentran María de mi corazón, El cumpleaños del perro y Matinée, de Jaime Humberto Hermosillo; La leyenda de una máscara, de José Buil; El bulto, de Gabriel Retes, y 7:19, de Jorge Michel Grau.

El doblaje y la narración no le fueron ajenos. Narró Pedro y el lobo, de Serguéi Prokófiev, y El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns para la colección discográfica Los grandes maestros de la música clásica. En doblaje participó en las cintas animadas Ratatouille, El libro de la selva, Coco y Ana y Bruno.

Obtuvo el premio Ariel al mejor actor por Meridiano 100, de Alfredo Joskowicz, y por Rojo amanecer, de Jorge Fons, cinta que también produjo y en la que interpreta a un padre de familia en medio de la matanza de Tlatelolco. Asimismo, en 2019 fue galardonado con el Ariel de Oro en reconocimiento a su trayectoria en el cine.

Cabe recordar que en 2019 fue homenajeado y laureado por su trayectoria como histrión, con el reconocimiento Trayectorias notables de las artes en México, por parte de la Secretaría de Cultura federal, a través del Inbal, así como la Presea Cervantina, del Festival Internacional Cervantino, y como Patrimonio Cultural Vivo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

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