Originaria de Santa Rosa de Lima, un pueblo a orilla de carretera en la llamada costa chica mixteca, Dinazar Urbina Mata estudió comunicación en la UAM Xochimilco, luego cine documental en Ambulante y ahora busca convertirse en gestora cultural de su comunidad.

Aunque reconoce que fue difícil tomar la decisión entre regresarse a su pueblo o trabajar en la Ciudad de México, a sus 26 años de edad ve en su comunidad la oportunidad de compartir sus conocimientos y de, quizá, inspirar a otros jóvenes a contar historias a través del cine.

Es directora de “Siempre andamos caminando”, documental sobre la historia de  Alberta, Julia y Catalina, mujeres migrantes de origen chatino que han tenido que dejar sus pueblos originarios para trabajar en la costa de Oaxaca.

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Catalina vende comida, y Alberta y Julia trabajan en los cultivos de papaya y limón. En su búsqueda de mejorar la calidad de vida de sus familias, enfrentan discriminación y dificultades para subsistir en un territorio desconocido.

“Estas mujeres son del pueblo de (Santa Cruz) Zenzontepec, en la sierra Sur, y llegaban a mi pueblo en Santa Rosa de Lima desde que yo era chiquita, por eso llamaron mi atención, quise saber de dónde venían y a dónde van”, compartió la joven documentalista que presenta su trabajo en la Gira Ambulante 2018.

“Ese sentimiento de estar fuera de casa es fuerte y aunque te acostumbras también te acostumbras a extrañar, por eso elegí este tema para debutar en el cine”, comentó Dinazar.

La egresada de la carrera de Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Xochimilco, está convencida de que historias de ese tipo hay muchas en su comunidad.

De ahí que busque impulsar el desarrollo de guiones y películas a través de los conocimientos que adquirió mientras estuvo fuera de su pueblo.

“Me gusta la gestión cultural y aunque en Oaxaca hay muchos proyectos culturales, en la región donde nací no hay nada, ni cine tenemos, quienes los conocemos es porque hemos salido de ahí”, compartió.

Respecto a las líneas que pretende seguir para hacer realidad su objetivo, detalló que comenzará con la exhibición de cine para su pueblo, que por su reciente formación, hace cerca de 60 años, sólo cuenta con cerca de tres mil habitantes.

“Ahí existe una mezcla racial muy importante, es gente mixteca, gente de la costa y afromexicanos, y culturalmente no tenemos mucha oferta, por eso quiero poner mi granito de arena y compartirles mi experiencia, quiero hacer cine en mi comunidad”, indicó la joven creadora.

De acuerdo con Dinazar Urbina Mata, desde pequeña le gustaba conocer las historias de sus antepasados y disfrutaba mucho de todo lo que su madre le contaba de su abuela y bisabuela.

“Hay tantas historias en ese rincón de México que es imposible contarlas todas yo misma, por eso espero que otros jóvenes se animen y sepan que existen apoyos para conseguirlo”, expresó con emoción.

Por ahora además de trabajar en la planeación de exhibiciones en su comunidad, para lo cual cuenta con el apoyo de autoridades e institutos culturales, Dinazar presenta en festivales su segundo trabajo audiovisual “Carrizos”, cortometraje ganador del concurso de regiones del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) para la producción en el suroeste de México.

Respecto a la historia la también guionista de la ficción de 10 minutos dijo que, inspirada en las tradiciones de la cultura Ñuu sávi, en ella se narra el poder de la imaginación que una niña puede tener y su deseo por conseguir lo que quiere.

“Se trata de una niña que vive con sus abuelitos en la costa de Oaxaca, en el municipio de Tututepec, donde se vive una sequía, y ella tiene la idea inocente de que puede hacer llover”, compartió la realizadora, quien probablemente viaje en mayo a Zaragoza, España, para presentar su material en reconocido festival.

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