Daniel Brühl se mete en la piel del kaiser de la moda en Becoming Karl Lagerfeld, un personaje con una vida solitaria, que ha resultado un «desafío», con el que no ha querido caer en la caricatura, y una gran historia de amor. Es «un misterio, y eso es lo que fascina».

Para Brühl, la serie que Disney+ comenzará a emitir el 7 de junio, descubre a un hombre sobre el que se multiplican las versiones contrapuestas sobre su personalidad; con una relación de amor-odio con Yves Saint-Laurent. Historias a veces falsas que él alimentó a lo largo de su vida. «A mí me pasó también al principio de mi carrera. Hay gente que pinta su propia vida en colores más intensos y exóticos, cuando la realidad es un poco gris y aburrida. Yo encuentro eso muy entrañable», dice el actor durante una charla este lunes con Efe.

Lagerfeld lleva una vida bajo los focos, pero al mismo tiempo muy solitaria, con una gran historia de amor con Jacques de Bascher —»fundamental en esta serie y con la que estoy muy contento porque hemos conseguido un momento de mucha verdad»—, que muestra a un personaje «más frágil, más vulnerable, más humano» y con la necesidad de ser querido. «Es un misterio, y eso fascina. Hay tantas contradicciones sobre su vida, tantos contrastes… Eso es siempre un regalo para un actor», al que ha incorporado los andares de un torero, que ensayó en casa de un amigo del diseñador. «Pasos pequeños, algo chulo; como un torero, muy masculino y a la vez con mucha gracia y elegancia e incluso con un toque también femenino», y apunta que él se colocó los tacones, el calzado de Lagerfeld, de principio a fin del rodaje.

En la serie, Brühl (Barcelona, 1978) ha hecho gala de su capacidad para los idiomas hablando alemán, inglés, francés e italiano. «Para mí era fundamental interpretarlo en francés. Si me hubieran dicho que el idioma principal iba a ser inglés o alemán habría dicho que no. París representa la cultura que él amaba, era su casa. Casi sentía más en francés que en alemán», explica el actor.

Brühl ha presentado la serie luciendo una sahariana y pantalón beige, con cómodos zapatos del mismo tono. Asegura que siempre le ha interesado el mundo de la moda pero, desvela con cierta timidez, «si me vieras en las primeras alfombras rojas… Entonces habría necesitado a alguien como Lagerfeld». Nominado a los Globos de Oro por Rush y a tres Goya, recuerda que le conoció en una sesión de fotos hace 20 años. «Fue muy amable; gracioso, pero distante», comenta el actor, que ha trasladado su residencia a Mallorca, después de vivir dos décadas en Alemania. «Es como un rompecabezas, no de mil piezas, de diez mil, y eso es lo que me emociona, me excita. Tenía un punto de arrogancia, era tajante, educado, muy inteligente, muy culto», comenta el protagonista de Good bye, Lenin.

El actor advierte que la moda es algo «muy serio, un trabajo durísimo que requiere disciplina y mucho esfuerzo», un sector en el que hay mucha presión. «Cuando me ofrecieron el personaje entré en shock«, pero el hecho de que se relatara la primera etapa de Lagerfeld como diseñador «me atrapó. Quería descubrir quién era antes de ser famoso», un proceso que ha requerido una preparación larga y compleja, con mucha lectura de artículos y biografías y conversaciones con algunos amigos del diseñador. Afirma que no ha encontrado a nadie que hablara mal de él, aunque tuvo aspectos oscuros en su vida.

Malditos bastardos, de Quentin Tarantino, La última primavera, junto a Judi Dench y Maggie Smith, además de The Pelayos, Eva y Capitán América: Civil War, han sido algunos de los trabajos de Daniel Brühl. «Al final no importa tanto si es un proyecto grande o pequeño, si hay voluntad de hacer algo bueno. Si hay pasión da igual. Yo cada vez más busco el desafío. Según me hago mayor quiero hacer cosas que no haya hecho antes», señala.

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