Kyle Buchanan/NYT
Nunca ha habido una película como Emilia Pérez, así que es lógico que su protagonista, Karla Sofía Gascón, también sea única.
En la película del director Jacques Audiard, Gascón interpreta a una narcotraficante de un cártel de Ciudad de México que finge su muerte para cambiar de sexo en secreto. Años después de su operación de afirmación de género, la recién rebautizada Emilia se pone en contacto con la abogada que le ayudó a organizarla (Zoe Saldaña) y tiene una petición más: reunirse con la esposa (Selena Gómez) y los hijos que dejó atrás, aunque volver al escenario de sus antiguos delitos podría tener consecuencias nefastas.
La multitud de géneros que sugiere esta sinopsis —una descarnada denuncia del mundo de la droga, un melodrama familiar, una narrativa de empoderamiento trans— se complica aún más por el hecho de que Emilia Pérez es un musical, lo que significa que los personajes tienden a empezar cantar tanto si están en una escena de amor como si se enfrentan en un brutal tiroteo. En una película llena de grandes cambios, es difícil imaginar que alguna de las ideas descabelladas se mantenga unida si no fuera por Gascón, que puede contener todas esas multitudes en una sola mirada. Muchos expertos creen que después de que Netflix estrene Emilia Pérez en noviembre, Gascón hará historia como la primera actriz abiertamente trans nominada a un Oscar.
En mayo, Gascón, de 52 años, fue la gran estrella del Festival de Cannes, en el que Emilia Pérez ganó el premio a la mejor actriz, compartido por todas las protagonistas de la película. Como sus compañeras de reparto ya habían regresado a casa antes de la entrega de premios, Gascón subió al escenario en su nombre, y su emotivo discurso fue el momento culminante de la noche.
Durante casi seis minutos, Gascón alternó entre francés, español e inglés mientras hablaba, entre lágrimas, sobre la humanidad de las personas trans, bromeaba sobre sobornar a los miembros del jurado, además de rendir un romántico homenaje a su compañera Gómez y se disculpaba con el novio de ella.
Después, Gascón intentó explicar la extensión de su discurso. “Nunca me habían dado un premio y menos así”, dijo a los periodistas. “Lo único que me habían dado eran patadas”.