Un equipo internacional liderado por la Universidad de Tubingen (Alemania) sostiene en un estudio que la península ibérica se convirtió en refugio de los últimos supervivientes de las poblaciones europeas de cazadores-recolectores durante el Último Máximo Glacial, hace unos 25.000 años, antes de volver a expandirse por Europa.

Según la investigación, publicada esta semana en la revista Nature, el análisis de los genomas de 356 cazadores-recolectores de Europa occidental y central, que vivieron entre 35.000 y 5.000 años atrás, han permitido reconstruir sus movimientos, lo que pone de manifiesto que la región del oeste y sudoeste de Europa, incluyendo la península ibérica sirvió para que nuestros antepasados sobrevivieran al periodo más frío de la Edad de Hielo (entre 25.000 y 19.000 años atrás).

“El período más frío de la Edad de Hielo se correlaciona con grandes desplazamientos y reemplazamientos de poblaciones en Europa central, pero este no parece ser el caso de la península ibérica”, explica Vanessa Villalba-Mouco, investigadora de la Universidad de Zaragoza y una de las autores de la investigación.

“Con estos hallazgos, por primera vez podemos respaldar directamente la hipótesis de que durante el Último Máximo Glacial la gente encontró refugio en la región climáticamente más favorable del suroeste de Europa”, sostiene Cosimo Posth, primer autor de la investigación, en una entrevista a la organización de investigación científica alemana Max Planck Gesellschaft.

Según la universidad española, este y otro estudio publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, que incluye datos genómicos de un individuo del sur de Iberia que vivió hace 23.000 años, llenan el vacío temporal existente en regiones inexploradas hasta el momento, aumentando así el conocimiento sobre la historia genética del Paleolítico de Eurasia Occidental.

En este contexto, la península ibérica juega un papel específico e importante en la reconstrucción de la historia de las poblaciones humanas, dado que el reciente hallazgo ayuda a completar el cuadro de la historia de la población ibérica, cuya localización en el suroeste de Europa hace que el territorio actúe como un callejón sin salida de Eurasia, se fundamenta.

Reescriben la historia

También se ha descubierto que las poblaciones de diferentes regiones asociadas con la cultura gravetiense, que se extendió por todo el continente europeo entre 32.000 y 24.000 años atrás, antes del Último Máximo Glacial, no estaban estrechamente relacionadas entre sí, lo que reescribe la historia de nuestros antepasados.

Aunque estos habitantes poseían una cultura arqueológica común y fabricaban armas similares, los análisis genéticos muestran que las poblaciones del oeste y suroeste de Europa (actualmente Francia y la península ibérica) diferían de las poblaciones contemporáneas del centro y sur de Europa (actuales República Checa e Italia) a pesar de pertenecer a una misma cultura.

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