La poco conocida cultura precolombina vicús será expuesta en el museo de las Américas en Auch, en el sur de Francia, con sus enigmáticas cerámicas rituales con cabezas humanas o animales, fabricadas hace casi 2.000 años en el actual Perú.

El museo, que posee la segunda colección de arte precolombino de Francia -después de la del museo del Quai Branly en París-, presenta del 10 de mayo al 31 de diciembre la exposición “El misterio vicús”, que incluye piezas de orfebrería (coronas, apliques y pecheras) con las sofisticadas técnicas de dorado que les dan el aspecto de oro puro.

“Cuando se habla de Perú enseguida se piensa en los incas, quizás en mochicas o nazcas. Sin embargo, los vicús fueron una gran civilización que duró varios cientos de años”, explica a AFP el conservador del museo, Fabien Ferrer Joly.

En un pequeño taller, prepara las piezas junto a cuatro artesanos, antes de instalarlas en la planta superior.

Los vicús tenían “una artesanía muy elaborada, una sociedad muy jerarquizada -con pueblos importantes-, y dominaban el riego de los suelos”, subraya, sosteniendo con cuidado un jarrón en forma de búho.

“La exposición, espero, hará conocer esta cultura precolombina. Los vasos presentados, que son a la vez cultuales y funerarios, expresan muchas cosas, entre ellas el pensamiento y la ideología de estas civilizaciones que no conocían la escritura”, señala.

1.500 años antes de los incas 

Decenas de cerámicas modeladas a mano, con representaciones muy variadas (hombres, mujeres, pájaros, felinos o llamas), son colocadas sobre una mesa, esperando su base antes de ser instaladas en las vitrinas.

“Las formas son a menudo complejas, con jarrones de doble cara unidos por un tubo y un asa plana”, añade el conservador, mostrando un jarrón “silbador” que representa un mono.

Estos vasos, que permiten emitir un silbido cercano al canto de los pájaros, son una particularidad de los Andes prehispánicos, donde las ceremonias estaban marcadas por cantos y danzas.

A su lado, François Ourth, uno de los artesanos, acaba de soldar un soporte metálico muy fino para sostener la pieza que abrirá la exposición: una cabeza humana con “una corona de serpientes”, que probablemente indica la importancia del personaje, según Ferrer Joly.

“La idea es que se vea solo el objeto. El soporte debe desaparecer por completo”, explica Ourth.

Los vicús evolucionaron en el norte del actual Perú, cerca de la frontera con Ecuador, desde el siglo III ac –casi 1.500 años antes de los Incas– hasta el siglo V de la era cristiana.

Desconocida hasta la década de 1960, esta cultura fue identificada después de la aparición sospechosa en los anticuarios de objetos de orfebrería y cerámicas, vendidos por saqueadores de tumbas y no vinculados a ningún estilo conocido.

Publicidad