Alguna vez has sentido tanta hambre que te has puesto
 tan irritable y enojado que no sabes cómo explicarlo y simplemente explotas contra el mundo?

Bueno, en inglés existe una palabra para describir ese sentimiento tan particular: hangry, que es el resultado de juntar angry, ‘molesto’, y hungry, ‘hambriento’. Ya lo dice la lingüista Anne Curzan: «La lengua es rica, vibrante y llena de la creatividad de sus hablantes», 
y hangry es sólo un ejemplo de los muchos que hay.

Una de las ventajas de Internet es que nos permite documentar de manera más inmediata los cambios que ocurren en la lengua; sin embargo, esto puede ser un arma de doble filo.

Por un lado tenemos a los puristas del lenguaje, que se escandalizan por cada nueva palabra que surge, y por otro a quienes entran en pánico por su «acelerada evolución».

No obstante, algunos historiadores del lenguaje piensan que no hay por qué ser tan drásticos. Curzan, por ejemplo, señala que una palabra es «real» si la gente la usa y tiene un significado, no importando si para algunos suena ilógica, ridícula o si no está en el diccionario; por ello, el uso que los hablantes le den decidirá si persiste o se pierde en el olvido.

No debemos olvidar que el diccionario es descriptivo, es un registro de las palabras que usamos, mas no prescriptivo pues no se trata de una autoridad que señala las palabras que debemos usar.

Las emociones no descritas

Para John Koening, creador de The Dictionary of Obscure Sorrows, muchas personas compartimos emociones que no han sido descritas ni están asociadas 
a alguna palabra; por ello, se dio a la tarea de escribir este Diccionario, que hasta el momento ha recopilado más de cien sentimientos.

Todas las palabras han sido inspiradas por sentires que los seguidores de su página web envían a Koening y que crea apoyándose en otras lenguas como francés, alemán, latín y griego.

A continuación, algunas de
 las palabras que podemos encontrar en su diccionario digital:

anemoia. Del griego: anemos, ‘viento’, noos, ‘mente’. Sentir nostalgia por tiempos que nunca se vivieron.

avenoir. Del francés antiguo: avenir, ‘pasar’, avoir, ‘tener’. El dilema de no querer aferrarse a los recuerdos o continuar con el curso natural de la vida.

efecto McFly. De la película Volver al futuro. Observar a tus padres interactuar con gente con la que crecieron, lo que delata sus personalidades de la juventud.

exulansis. Del latín: exulans, ‘personas o ideas vagabundas’. La tendencia a renunciar a hablar acerca de una experiencia porque la gente es incapaz de entenderla.

En lengua española tenemos el Exonario, un catálogo de palabras 
y definiciones que no están en ningún diccionario y que se registran en un blog

heartworm. Del inglés antiguo: heorte, ‘corazón’ y wurm, variante de wyrm, ‘serpiente, gusano’. Relación amorosa que no puedes sacarte de la cabeza, que creíste que se había desvanecido tiempo atrás, pero que de alguna forma sigue viva y sin terminar.

lachesism. Del griego: lachesis, ‘lote de deseos’. El extraño deseo de ser víctima de un desastre —como sobrevivir a un accidente aéreo o perder todo en un incendio.

sonder. Del alemán: sonder, ‘especial’ y del francés sonder, ‘probar’. La comprensión de que cada persona tiene una vida tan intensa y compleja como la nuestra.

Cada palabra puede estar basada en situaciones cotidianas, comportamientos, procesos mentales y hechos metafísicos.

Seguramente con el tiempo un porcentaje muy bajo de estas palabras sobrevivirá, sin embargo, resulta interesante ver el rumbo que toma el desarrollo del lenguaje, el cual hace gala de su riqueza ante el surgimiento de nuevas tecnologías.

Publicidad