Julia Otero (Monforte de Lemos, 1959) ha consagrado su vida profesional a la comunicación y el periodismo, desarrollando una larga y fructífera trayectoria en radio, televisión y prensa escrita. Reconocida con galardones como el premio Ondas, el de la Academia de Televisión o la Antena de Oro, dirige y presenta desde 2007 el programa Julia en la Onda, convocando cada día frente al transistor a casi 600.000 oyentes.

Barcelona es la ciudad en que se crió y en la que ha desplegado buena parte de su intenso trabajo. Allí es donde empezó a crecer su interés por la lectura. “Soy hija de la emigración del campo gallega de la década de los sesenta, así que mis padres llegaron a Barcelona con nada, ni ningún libro. La primera colección que recuerdo en casa fue una que mis padres compraban semanalmente y que resultó maravillosa porque los 100 mejores libros que había que leer estaban allí. Me parece que se llamaba colección RTVE, sí, como suena”. 

Acostumbra a leer por las noches, antes de dormir, pero reconoce que su exigente perfil profesional –cuatro horas de radio en directo cada día– ha mermado el tiempo que dedica a la literatura. “Antes no había periódicos hasta el día siguiente”, explica. “Estaban allí junto al primer café del día. Ahora a las once de la noche los digitales tienen su ejemplar ya disponible para suscriptores de modo que su lectura nocturna me priva de tiempo que antes dedicaba a los libros. Digamos que dedico más tiempo a las verdades perecederas –las de los medios– que a las que no caducan –las de las buenas novelas”.

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Devota de la narrativa del siglo XIX, selecciona algunos títulos de dicho periodo para Librotea, acotando sus recomendaciones con perspectiva feminista: “También es cierto que fui condicionada por un excelente profesor de ese siglo que tuve la fortuna de disfrutar en la Universidad de Barcelona en la carrera de Filología”, admite. “Busqué en las novelas reivindicaciones de las mujeres que alimentaran el feminismo del que me sentía partícipe desde la adolescencia y en ellas encontré, en efecto, mil razones. Así que voy a hacer mi selección de ese siglo, aun siendo injusta, porque hay novelas del XX y el XXI que han dejado en mi un poso potente”.

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