Lila Downs regresó al Festival Internacional Cervantino (FIC) en su 50 edición. “El Cervantino es un lugar muy importante para mí. Mi música es un poco de lo que hemos vivido en la historia desde la perspectiva de la mujer y de una persona que es marginal, porque eso lo aprendí desde la primera vez que estuve en un Festival Cervantino. Yo no me consideraba de esa manera, pero cantaba sobre la frontera y sobre las personas como yo, que somos de pasados mixtos”, dijo en alusión a sus raíces mixteca y estadunidense.

“Yo crecí en parte en Oaxaca, donde te inculcan que debes aprender a compartir, y se trata de trabajar esa parte que tendemos a ser un poco egoístas y ególatras. Oaxaca es un lugar singular en ese sentido, porque tanto en la educación formal como en la espiritual se inculca compartir”.

Primera participación

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La artista contó que cuando se presentó por primera vez en la Alhóndiga cantó Ofrenda, dedicada al pueblo de San Juan Mixtepec, que tiene un alto porcentaje de migración a Estados Unidos.

Entonces recordó el capítulo que la llevó a pensar en los demás y a escribir esa canción que dedicó de manera particular a un hombre, que le pidió le tradujera un documento que no entendía. Se trataba del acta de defunción de su hijo, que había muerto al intentar cruzar y a ella le tocó darle la noticia: “Me impactó, marcó mi vida y mi deseo de narrar los acontecimientos, entonces compuse ese corridito”.

En esa época notó que había más que una pobreza material en su entorno, “era una en la que siempre nos damos de golpes porque no somos güeros, ricos, y tendemos a ser oscuros espiritualmente. Veneramos una parte de esa esencia humana, de pensar en la muerte como algo positivo en nuestra cultura mixteca. Mi abuelita decía ‘ay, hija, hay que llorar ahorita porque cuando yo me muera ya no nos vamos a mirar’. Es recordar la muerte a diario, es la flagelación”, dijo al final entre risas.

Temas clave

Además de la migración, Downs (Oaxaca, 1968) también habló de temas de identidad y de violencia contra la mujer.

Sobre los temas de sus canciones y el mensaje que daría contra los feminicidios, dijo al diario Milenio: “Es de todos empezar en todas las áreas de la vida, buscar la manera de que los varones nos respeten en nuestros deseos como seres humanos, porque esa es la base y, claro, hay que componer muchas canciones para llevar ese mensaje”.

Poco antes había respondido sobre su deseo de seguir activa y componiendo, aunque no sepa si en el futuro lo seguirá haciendo, pero por ahora, “creo que hay que componer más canciones sobre las realidades que están viviendo las mujeres. Hay quien me preguntado: ‘¿vas a componer otra canción’. Claro, vamos a componer cientos de canciones que hablen de esto, desde diferentes perspectivas”.

Lila Downs dice que es necesaria la unión entre las mujeres, “poner ahí el micrófono y hablarlo desde diferentes perspectivas porque cada mujer vive de diferente manera una violencia que está terrible, y entonces pues es muy importante. Estoy muy orgullosa de las compañeras y aquí estoy solidaria, como yo siempre he sido. He admirado a todas las mujeres de todas las generaciones, jamás viéndolas como una competencia y creo que esa es la solución nuestra, si nosotras nos unimos más, estas cosas avanzarán más rápido”.

Se congratuló de que también haya más apertura hacia la comunidad afromestiza de México, pues es un tema del que no se hablaba a pesar de lo importante que es este sector de la población.

“Me da mucho gusto que haya una expresión más colectiva en nuestro país para cada comunidad afromestiza, que ya podemos dialogar sobre ello. Estábamos en negación, y bueno, yo creo que todos traemos en la sangre un tantito. Se decía antes ‘no digas nada’ (si tenías esta ascendencia), pero ahora ya podemos salir del clóset”. Y se refirió a su canción “Arenita negra”, también para comentar que ha colaborado con músicos mexicanos afromestizos”.

Al final también habló sobre otra comunidad, la méxico-americana: “Es un tema medio tabú, todavía estamos en las épocas cavernarias y yo siento que a la gente le cuesta mucho ese aspecto y la ignorancia sobre qué significa ser alguien que es méxico-americano o latinoamericano habitando en Estados Unidos. Hay mucho prejuicio aún sobre los ‘pochis’ y las diferentes maneras del chicanismo, son temas que vale la pena explorarlos más con la música, hacer más festivales, conferencias y debates”.

Dijo que hay mexicanos con prejuicios al respecto y es algo que resienten estas comunidades: “Yo siempre tuve que llevar el apellido (Downs), así que siento que eso ha afectado mucho la percepción del público sobre quién soy, entonces cuando me conocen es diferente. Conociendo al otro en persona o su obra pues sabemos un poco más de él”.

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