En el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el escritor italiano Roberto Calasso, Premio Formentor de las Letras 2016, afirmó que la literatura siempre se le ha visto igual porque no cambia con el paso del tiempo.

En rueda de prensa, añadió que la literatura no cambia ni para quien la produce, al pensar que es la base de la existencia, ni para quien la lee, el concepto siempre ha sido igual y seguirá siendo así pese a los cambios que se suscitan en la humanidad.

Cuestionado sobre el término locura en sus obras, dijo que en la literatura se trata de una palabra sin definición porque existen distintas maneras de considerar ciertas conductas como locas. El significado psiquiátrico es algo pobre, pero para Platón y Sócrates es el camino principal hacia el conocimiento.

Resaltó también su gusto por la historia antigua de México y en ese sentido, abundó que se ha inspirado en el escritor Bernardino de Sahagún. “Hay mucho que entender todavía por eso me interesa mucho el pasado que ha tenido este país”.

El autor dijo que existe un equívoco cuando se piensa que si uno habla del pasado se trata de algo lejano porque en realidad se trata de las mismas cosas, siempre hay una relación entre pasado y el presente.

Como ejemplo citó que quienes escribieron los textos antiguos sabían mucho más que nosotros, “es algo que está frente a nuestros ojos y hay que entender de manera consciente”.

Puntualizó también como ejemplo que existe una relación misteriosa entre el pasado remoto mexicano y el de La India, dos países que tienen mucha afinidad en sus cultos.

Sobre sus siguientes retos, resaltó que como escritor nunca habla de lo que hará porque lo ha tomado como una regla luego de que en ocasiones piensa en algo y sobre la marcha las cosas cambian; como editor hace los libros que tienen temas que le interesan o le gustan.

Agregó que el mundo editorial es frágil pero vive precisamente de esa fragilidad, incluso se ha restringido un poco en las cosas que nos importan, ya que son los materiales modestos los que ocupan las librerías.

El Premio Formentor nació en 1961 cuando un grupo de editores (el español Carlos Barral, el italiano Giulio Einaudi, el francés Claude Gallimard, el alemán Heinrich Ledig-Rowohtl) se encontraron en Formentor (Mallorca, España), para impulsar un ambicioso proyecto literario.

Lo que entonces los puso de acuerdo fue el interés en compartir sus experiencias y coordinar las iniciativas editoriales con que cada uno sostenía en su país la tradición y la actualidad de la gran literatura.

Como editores comprometidos con la alta cultura europea, no les resultó difícil sostener una complicidad que dio grandes frutos.

Además de favorecer el conocimiento de los libros y autores que cada uno incluía en sus respectivos catálogos editoriales, aquellos hombres de letras convocaron un premio literario que contribuyó a formar el gusto y la cultura de su época.

Notimex.

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