El escritor español Javier Cercas llegó a la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) convertido en uno de los grandes protagonistas gracias a su último libro, ‘El loco de Dios en el fin del mundo’, fruto de una experiencia inédita: haber entrado en el corazón del Vaticano con la premisa de “comprender, no juzgar”.

“Mi propósito era llegar allí con la mirada limpia. No quería ni limpiar la cara del Vaticano ni abominar de él: quería entender”, aseguró Cercas en una entrevista con EFE, donde defendió que la función del escritor es observar y narrar, nunca pontificar.

A pesar de ser ateo, el autor fue elegido para tener un acceso sin precedentes a los entresijos de la Santa Sede.

Durante dos años Cercas convivió con altos prelados, viajó en el avión papal y recorrió los rincones más íntimos del Estado vaticano, lo que le permitió construir una obra que ya se ha convertido en un fenómeno editorial en Italia, España y América Latina.

En su paso por la FilBo, Cercas rechazó cualquier idea de que su voz represente a alguien más allá de sí mismo: “No me considero representante de nadie. Los escritores solo nos representamos a nosotros mismos, y a duras penas”, confesó.

Así, el novelista subrayó su gratitud hacia Colombia, un país que, dijo, “ha tratado a los escritores con una generosidad extraordinaria”.

García Márquez y su primer viaje a Colombia

Durante la conversación, Cercas evocó su vínculo personal con Gabriel García Márquez, quien le abrió las puertas de Colombia hace casi dos décadas.

“La primera vez que vine fue gracias a Gabo. Comimos en Barcelona y me invitó a Cartagena de Indias para el primer Hay Festival, allá por 2005”, recordó.

De aquel encuentro, Cercas, quien es miembro de la Real Academia Española (RAE) desde 2024, se quedó no solo con la inmensa calidez del nobel colombiano, sino también con su inteligencia.

“Las personas verdaderamente inteligentes saben escuchar”, dijo, recordando cómo García Márquez incluso le compartió confidencias al oído sobre su decisión de no publicar más libros: “Me dijo que a su edad podía engañar a todos menos a sí mismo”.

“Yo puedo escribir libros que sé que seguramente serán apreciados y serán muy vendidos, pero yo ya he dicho todo lo que tenía que decir”, le confesó el escritor colombiano, Premio Nobel de Literatura de 1982.

La memoria de Gabo ha estado muy presente en el paso de Cercas por la FilBo, en un país que considera “el centro vivo del idioma español”.

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