La 24ª edición de los Latin Grammy, la primera celebrada en España, ha coronado a un repóker de reyes y reinas integrado por el mexicano estadounidense Édgar Barrera, el argentino Bizarrap, la mexicana Natalia Lafourcade y las colombianas Shakira y Karol G en una gala especialmente potente para su país.
Ni Las Vegas, ni Los Ángeles, ni Miami. Por primera vez en la historia, los Grammy Latinos se celebraron fuera de Estados Unidos. Y la ciudad que mejor jugó sus cartas en esta competición internacional fue Sevilla. Lo más granado de la música latina de varias generaciones (hemos visto a Los del Río y a Rigoberta Bandini), se citó anoche en la ciudad andaluza, que ya llevaba conquistada por la Academia Latina de la Grabación desde hace una semana. Un evento de esta magnitud, equiparable sin muchos reparos a los Oscar, ha supuesto un revulsivo para Sevilla, mezclando actos un poco más públicos y accesibles con eventos exclusivos para los artistas.
Rosalía arrancó la edición más española de los Grammy Latinos cantando por Rocío Jurado. El Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, más conocido como FIBES, se electrificó con la delicada versión que la artista catalana hizo del «Se nos rompió el amor» que popularizara la artista chipionera y que compuso Manuel Alejandro en los años ochenta. Lo ha hizo enfundada en un largo vestido negro de pronunciado escote y arropada por una treintena de músicos que pronto ha virado el tono de la canción a un quejío más flamenco.
La cantante se subió al escenario con un aspecto muy diferente al que había lucido en la alfombra roja previa a la gala, en la que sorprendió con unas cejas particulares que parecían pintadas a rayas, maquillaje que no lució durante la actuación. «Fuerte Rosalía, qué orgullo!», reconocía justo después su compatriota Antonio Banderas ante la actuación de la que precisamente fuera ganadora en 2022 del Latin Grammy al mejor disco por su aplaudido «Motomami».
En «la noche más importante de la música latina» fue premonitorio que la lista de premiados la inaugurara Barrera como compositor del año, una categoría nueva que «abre espacio a los que componen canciones pero no las cantan y que suelen pasar desapercibidos», según ha reivindicado. Este artista de origen mexicano era el principal candidato de partida con sus 13 nominaciones, de las que terminó materializando también las de productor del año y mejor canción regional mexicana como coautor de x100to, todos ellos en la ceremonia previa a la gala televisada.
Una noche fuerte para las mujeres
Tampoco le fue mal la noche a Natalia Lafourcade, acreedora de los Latin Grammy a la grabación del año por De todas las flores y al mejor álbum y mejor canción de cantautor. Lafourcade celebró «el poder medicinal» de la música tras reconocer que este fue «el disco más personal» de su carrera, en un momento en el que estaba «toda rota». «No me puedo creer que este año el mejor álbum de música urbana lo tenga una mujer», exclamó Karol G al recoger esta distinción por su Mañana será bonito, que aún había de recabar el Latin Grammy al álbum del año. Fuera de cámara había recaído igualmente en ella el galardón a mejor fusión/interpretación urbana por TQG junto a Shakira, quien vivió una noche tan fuerte en lo musical como lo ha sido su último año.
La colombiana consiguió junto a Bizarrap el premio a la canción del año y también el de la mejor canción pop por Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol. 53 y se lo dedicó, entre otros, al «público español» por apoyarla «en los tiempos difíciles», en referencia a su ya terminada relación con el futbolista Gerard Piqué. «Me han acompañado en las buenas y en las malas, en los tiempos difíciles que he pasado en esta tierra que tanto he querido. Nunca han dejado de darme apoyo y eso nunca se me olvidará», dijo la artista al recoger el galardón en la ceremonia celebrada en Sevilla.
Con Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol. 53, la cantante batió un récord al cosechar en solo veinticuatro horas casi 64 millones de reproducciones en Youtube, superando a «Despacito» (2017) de Luis Fonsi, que alcanzó casi 25 millones en apenas 12 horas. Ese pico de atención mediática no fue solo por sus aciertos puramente musicales, sino también por mostrarse como un ejercicio autobiográfico de reproche sentimental en medio de la ruptura de la colombiana con su expareja. Su aliado musical en esta canción, el argentino Bizarrap, destacó precisamente al recoger el premio «que hubo mucho trabajo tras esta canción en la que Shaki pudo expresar lo que sentía, que es lo más importante».
No fueron las únicas colombianas que hicieron aún más apabullante el momento actual de la música de su país. Juanes consiguió el mejor álbum de pop/rock por Vida cotidiana, Camilo el de mejor vídeo musical en versión larga por El primer tour de mi vida y Carlos Vives el álbum de cumbia o vallenato por Escalona nunca se había grabado así. A la lista aún cabe sumar a otros como Andrés Cepeda (mejor álbum de pop vocal tradicional por Décimo cuarto); Monsieur Periné (mejor álbum de música alternativa por Bolero Apocaplíptico) y Juan Galiano (miembro de Diamante Eléctrico, por la mejor canción rock, Leche de tigre).
Por su parte, el español Quevedo y el argentino Bizarrap obtuvieron el premio a mejor canción urbana como compositores de su famosa Bzrp Music Sessions, Vol. 52, que ya logró la proeza de mantenerse durante siete semanas en el número 1 global de Spotify. El productor y DJ argentino, que empezó toda esta aventura «en su cuarto con una computadora», ha citado entonces «a todos los pibes y las pibas que están empezando, que vean que con muy poco se puede lograr mucho», mientras su aliado canario ha querido dar las gracias al público «por llevar a donde llevaron la canción» y convertirles «un ejemplo de que sí se puede salir de la nada».
Una ceremonia con sabor andaluz
Que esta haya sido la primera edición con sede en España y fuera de EE.UU. se ha dejado sentir en numerosos guiños como los gigantescos abanicos del escenario o el número flamenco que, entre rojos encendidos y un toque de martillo y yunque, han protagonizado en los primeros impases de la velada artistas como Israel Fernández y Niña Pastori, ganadora del mejor disco de esta categoría.
El sabor español se sintió más aún al comenzar la emisión televisada, primero con la ya citada versión que Rosalía hizo del Se nos rompió el amor que popularizara su compatriota Rocío Jurado y, justo después, con la recuperación de Corazón partío, que Alejandro Sanz hizo rodeado de un nutrido cuerpo de baile entre mantones de Manila y abanicos.
También Antonio Banderas, al que se concedió el Premio de la Presidencia de 2023 por su apoyo a las artes y, en concreto, a la música, ha querido ensalzar el cambio de sede en esta edición a Andalucía, «tierra fértil» en creadores como Federico García Lorca o Rafael Alberti.
La gala contó con otros momentos destacables como la actuación del puertorriqueño Rauw Alejandro, generoso sobre el escenario incluso con una versión del Se fue de la Persona del Año 2023, Laura Pausini, pero muy esquivo entre la prensa frente a las preguntas personales ante la primera cita en la que compartió techo con Rosalía desde su ruptura.