México.— El Premio Nobel de Literatura 2003, J.M. Coetzee, afirmó que la obra de los poetas es una retribución al lenguaje del cual se sirven como instrumento, por ello tales artistas escriben para el lenguaje.

Durante una conversación sostenida este día con la académica Raquel Serur, el escritor sudafricano nacionalizado australiano reconoció, sin embargo, que no se imagina escribiendo poesía.

Ante un público que se dio cita en la Sala Nezahualcóyotl de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), evocó cómo su obra poco a poco adquirió una dimensión internacional. “Veo a un joven nacido en Sudáfrica, con una identidad muy difícil de encontrar”, dijo.

Expuso que la diversidad de culturas con las cuales convivió de joven, tanto a nivel de idioma, como religioso y étnico, le significó un enorme reto, donde sentía que en aquella tierra escribía ficción en un lenguaje extranjero, como lo era el inglés, y aunque consiguió publicar su primer libro en Sudáfrica, su ambición era hacerlo en lo que él consideraba “el verdadero mundo”: Londres y Nueva York.

En cuanto a si se reconoce como un escritor cristiano por haber escrito la trilogía sobre Jesús, negó que su vida haya tenido un trasfondo religioso; “para mis padres, la religión nunca fue relevante en sus vidas, nunca fueron personas que acudieran a las iglesias”, dijo.

Mostró rechazo a la idea de concebir el idioma inglés como uno universal, y reconoció que esa fue una de las razones por las que su libro Siete cuentos morales (2018) fue publicado primero en español.

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