Con un festival que reúne a cientos de tlacololeros, danza tradicional originaria de la zona Centro de Guerrero, sur de México, habitantes de Leonardo Bravo, Chichihualco, buscan reivindicarse como una tierra de cultura y dejar el estigma de ser un municipio violento.
La tradición de Los Tlacololeros data de hace 133 años en esa zona; se trata de una escenificación modificada de Los Zoyacapoteros de Zitlala, otro municipio de la región centro del país que utiliza máscaras de animales en rituales originarios similares.
De acuerdo con el director de Cultura de Chichihualco, Rafael Beltrán Bautista, los pobladores de ese municipio modificaron la vestimenta y prefirieron utilizar máscaras con rasgos humanos.
Además, al ser campesinos que acostumbran la quema del tlacolol, una técnica agrícola para preparar la tierra antes de la siembra, adoptaron el nombre de Tlacololeros.
La danza de los tlacololeros alaba a la naturaleza, a la madre tierra, y se conforma por 16 sones. Cada uno con una representación distinta que serán interpretadas entre las actividades del Festival.
El atuendo se caracteriza por su sombrero de palma tapizado con flores de cempasúchil, el cual llega a pesar 30 kilogramos, además de una máscara, pañoletas coloridas y un capote de zoyate, una hoja de palma seca, en el que se llega a invertir unos 15.000 pesos mexicanos.
“Necesitamos empezar a evidenciar al mundo que Chichihualco no es el pueblo bronco que nos tienen catalogados, que es una zona insegura, aquí no es, desafortunadamente, en Guerrero, en México, como todos sabemos, vivimos una situación de inseguridad en desventaja y desafortunadamente los casos que ocurren en la sierra tienen como referencia a Chichihualco cuando no es así”, expresó Beltrán.
Desde hace 10 años ese municipio de la sierra de Guerrero se organizó para crear el Festival del Tlacololero, el cual este 2023 celebra su octava edición porque fue suspendido en 2020 y 2021 por la pandemia por la covid-19.
En esta ocasión se espera la asistencia de más de 2.000 tlacololeros de distintos municipios de Guerrero en los que se acostumbra como Chilpancingo, Mochitlán, Zumpango, Zitlala, entre otros.
Otro de los objetivos del encuentro es detonar el espacio cultural que hay en esa región como materia turística, lejos del Triángulo del Sol, como las autoridades nombran a los destinos turísticos de la entidad: Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco.
Rafael Beltrán, quien también ha coordinado el evento desde que inició, considera que los Tlacololeros son los embajadores de Guerrero en materia cultural porque son distintivos de la entidad a nivel mundial, además de que la migración los ha llevado a tener representaciones en España, Estados Unidos y Centroamérica.
Como parte del festival, ese municipio convocó a 15 más de las ocho regiones del estado a un Fandango Guerrerense con el que busca hermanar la culturalidad, en el que cada uno mostrará sus danzas representativas como La Topa de Tecpan y Los Diablos de Cuajinicuilapa.
También se exhibió la riqueza gastronómica que existe en esa zona serrana, ubicada a poco más de 37 kilómetros de la capital de Guerrero.
Para mayor tranquilidad de los asistentes se desplegó un operativo de seguridad de los tres órdenes de gobierno.