El periodista norteamericano Patrick Radden Keefe, uno de los referentes actuales del periodismo de investigación, ha asegurado en Barcelona que le preocupa que «se suspenda el pensamiento crítico frente a la inteligencia artificial (IA)».

Radden Keefe, que durante dos meses participará en la primera edición del programa de residencias internacionales del Centro de Cultura Contemporanea de Barcelona (CCCB), ha comentado que «la IA se ve hoy milagrosa, y como cualquier nueva tecnología siempre es deslumbrante».

El periodista, que escribe habitualmente en The New Yorker, cree que es arriesgado que no nos demos cuenta de los riesgos de la IA: «No vemos cómo afecta al copyright, cómo puede afectarnos con la utilización de nuestra imagen o nuestra voz, como en el caso de Scarlett Johansson, pero puede pasar con gente que no tenga el poder y la capacidad de contratar abogados como ella».

El autor reflexiona sobre la IA y cómo afectará en la manera en que pensamos el periodismo y de qué modo puede ayudarlo o hacer más precaria la situación de aquellas profesiones que tienen que ver con la información de la verdad.

Utilizando el símil del tsunami, el autor de El imperio del dolor piensa que «quizá cuando veamos la ola será demasiado tarde para reaccionar».

Radden Keefe sostiene que «la IA está llegando muy rápido y nadie sabe cómo evolucionará, algunos piensan que ya no tendremos que trabajar más y habrá una renta universal, pero otros hacen un planteamiento más distópico en plan Terminator«.

«Viendo lo que hace el ChatGPT —añade—, que puede mostrar un artículo hecho aparentemente por mí pero que no he hecho yo. Ese futuro da miedo y no solo para el periodismo».

Reconoce que la fatiga y el cansancio a abordar este tema es real, y eso «también sucede con el cambio climático, en el que solo hay una variable, la línea temporal, a pesar de los negacionistas, pero hay poco misterio».

Como especie, el ser humano, apunta, tiende a que cualquier nueva tecnología le pase por encima, como si fuera un tsunami: «A menudo hacen falta años para comprobar que esas tecnologías no son tan benignas, y ahora nos damos cuenta de que esas tecnologías, que tienen cosas buenas, también tienen toda una panoplia de aspectos negativos».

A su juicio, el actual «es un tiempo extraño para ser periodista», porque no sólo ha cambiado mucho el modelo de negocio de la información, sino que «se ha demonizado mucho a la prensa», algo que ha coincidido con el auge del populismo de extrema derecha con la llegada al poder de Donald Trump.

Recuerda que en sus artículos intenta desenterrar historias atractivas pero luego en las redes sociales dicen que son «fake news o propaganda de acuerdo con tus ideas políticas».

El principal peligro para el periodismo en el momento actual es, en su opinión, «el poder de los ricos y los poderosos, que tienen el poder político para dar la vuelta a la verdad, para silenciarla, un poder que, siguiendo el manual, emprende acciones legales».

Frente a eso, Radden Keefe recuerda que él es un afortunado por escribir para una gran publicación y contar con su apoyo legal, pero «para los periodistas independientes y autónomos es más terrorífico, es la amenaza más grande».

Patrick Radden Keefe, que en agosto publicará en España Cabezas de serpiente (Reservoir Books en castellano y Periscopi en catalán), una crónica sobre el poder y el contrabando de personas en Chinatown, estará trabajando durante su estancia en Barcelona en un libro sobre un joven que murió misteriosamente en Londres en 2019, y que después se supo que se estaba haciendo pasar por el hijo de un oligarca ruso.

En la elección de los temas, ha dicho, juegan factores como que haya «un misterio por resolver y que haya detrás una historia con una narrativa».

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