El Museo del Objeto del Objeto, también conocido como MODO, presentó este jueves en Ciudad de México la ‘Exposición sin sentido’, una exhibición que reivindica el surrealismo y dadaísmo del arte Nonsense.

“Las ciencias ayudan a comprender el mundo, las artes a la expresión cultural y a la identidad social, esta exposición ayuda a disfrutar de la realidad”, explicó el comisario de la exposición, Luis Rodríguez.

Según expuso la directora del museo ubicado en el barrio Roma, Paulina Newman, la idea de realizar la exhibición surge de la necesidad de hacer algo con el acervo de más de 170.000 objetos que posee la entidad y hacerlo de una manera “divertida y juguetona”.

La muestra impacta desde la entrada con la disposición de numerosos espejos contrapuestos que confunden al visitante desde el momento en el que pone un pie en el recinto.

“Esta exposición es una serie de conversaciones diversas con la conexión del museo, basadas primero en esta aproximación surrealista y luego acompañadas por la literatura ‘sin sentido’”, describió Rodríguez.

Multitud de objetos de todo tipo, desde planchas a bastones pasando por ruecas, se muestran al visitante acompañadas por citas literarias y referencias al surrealismo.

La literatura de la escritora española Irene Vallejo está muy presente durante toda la muestra, con textos que mezclan con los diferentes objetos, así como citas del famoso autor argentino Julio Cortázar.

Algo llamativo de la muestra es que gran parte del acervo exhibido no posee una explicación clara para el visitante, un intento de hacer reflexionar a las personas sobre aquello que están observando.

“La exposición es una revisión de la colección (del museo) una forma de narrar a partir de la misma, y las formas propuestas aquí son el dadaísmo, algo del surrealismo y la literatura o género Nonsense”, mencionó el comisario.

Nonsense es un género jocoso y figura literaria que puede expresarse en verso o en prosa y que genera juegos de palabras que trasgreden las formas comunes de la sintaxis y la semántica, juegos que resultan extraños, comúnmente humorísticos y absurdos, algo que se puede apreciar durante el total de la exposición.

“Conocer también es recordar y eso pasa aquí en este museo”, afirmó Rodríguez ante la enorme cantidad de objetos presentes que ya están claramente desfasados como los peculiares pesadores de cartas y otros artilugios mecánicos que hoy resultan extraños.

El museo posee también un espacio para que el público pueda expresarse de forma artística, se propone que la gente pueda realizar su propia reinterpretación de ciertas obras y que al finalizar cada uno pueda colgar sus resultados a la vista del resto.

“Esto busca que la gente pierda el miedo de crear, de dibujar, sin esperar nada del resultado”, aclaró el coordinador de programas educativos del museo, Luis Romero. EFE

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