Nahui Olin, pintora, poeta y modelo, nació el 8 de julio de 1893 en Tacubaya, Ciudad de México, donde murió el 23 de enero de 1978. Mujer vanguardista, María del Carmen Mondragón Valseca, su nombre de pila, incursionó en géneros artísticos como la poesía, la música, la literatura, el performance y la pintura durante la primera mitad del siglo XX.

Carmen Mondragón dio muestra, desde temprana edad, de su desarrollada inteligencia, cuestionando ferozmente los convencionalismos sociales y pronunciándose en contra de las normas restrictivas que prohibían a las mujeres ser independientes. Fue tal su vigor, que con ese temple comenzó a instruirse en las artes, un tema que siempre le apasionó.

En 1913, ya con Porfirio Díaz en destierro, su padre, el general Manuel Mondragón, se exilió con su familia, y casó a la menor de sus hijas, que precisamente era Carmen, con el cadete Manuel Rodríguez Lozano. Tras esa unión, al poco tiempo sus familiares hicieron sus maletas, compraron sus boletos de viaje, y se trasladaron a San Sebastián, España.

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Por otro lado, el sitio www.cultura.gob.mx/mexico1900-1950/artistas/detalle/, señala que ella comenzó a frecuentar los círculos de artistas europeos, y animó a su esposo a pintar.

En 1921 la pareja regresó a México y comenzó a tomar clases en la antigua Academia de San Carlos, en donde ambos expusieron algunas piezas de su obra, con críticas favorables.

Sin embargo, al conocer a Gerardo Murillo (Dr. Atl), Mondragón abandonó a Rodríguez Lozano. Fue en esa época cuando la artista adoptó el seudónimo “Nahui Olin”, (“Quinto movimiento del sol” en náhuatl). Al finalizar su relación con el Dr. Atl, retomó la pintura y comenzó una serie de desnudos, inmortalizados por el fotógrafo Antonio Garduño.

En 1928 junto con el caricaturista Matías Santoyo, viajó a Hollywood para audicionar para una película, pero al ver la sumisión a la que se sometían las actrices, declinó la oferta y regresó a México. A partir de entonces, su obra pictórica fue sobre los pasajes felices de su vida, y se autorretrató en escenas cotidianas con referentes de humor y felicidad.

Nahui Olin, o María del Carmen Mondragón Valseca, murió el 23 de enero de 1978 en la Ciudad de México, y de acuerdo con Malvido, ella tiene mucho qué decirle a la gente del siglo XXI, “porque dentro de toda la violencia en que vivimos y la muerte que tenemos alrededor, es un personaje inspirador para una sociedad convulsa como ésta”.

Actualmente, el libro “Nahui Olin”, de Adriana Malvido, cuenta ya con una edición que conmemora sus 25 años en el mercado literario en español. Contiene un prólogo de Elena Poniatowska y se desliza con amenidad y conocimiento por la vida de Nahui Olin, nombre que adoptó la pintora, poeta y modelo.

Dicho apelativo azteca designa todo el poder con el que el Sol hace girar a los planetas, y el movimiento renovador de los ciclos del cosmos. Así se conoció a Mondragón, una de las mujeres mexicanas que en los primeros años del siglo XX marcaron su época con huella imborrable; por su espíritu apasionado, creativo y rebelde, vive en la memoria colectiva.

Su belleza deslumbra en los murales de Diego Rivera; su sensualidad respira en la obra de su amante, el pintor “Dr. Atl”, y su mirada de fuego vibra en las fotografías de Edward Weston. Esto confirma la vigencia de esa mujer a quien las buenas conciencias le hicieron pagar su osadía, arte y belleza, calificándola como “loca”.

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