Existen múltiples términos incorrectos que son de uso común, tales como “invidente” y “capacidades diferentes”; es por ello que a continuación te presentamos una breve guía para hablar con respeto, según el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad.

Referirse a las personas con alguna discapacidad puede resultar un tema espinoso; el lenguaje está en constante cambio y no resulta fácil saber cuáles son los términos más adecuados para esos casos. Pesa a las mejores intenciones, solemos emplear palabras anticuadas o que estigmatizan a dichos individuos.

Por ejemplo, durante el sexenio de Vicente Fox se popularizó el término “persona con capacidades diferentes”, sin embargo grupos de personas con discapacidades cuestionaron esa denominación, ya que todas las personas tienen capacidades diferentes. Es decir que en una afán por ser incluyentes solo se remarcan las diferencias.

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Los términos “persona con capacidades diferentes”, “persona con capacidades especiales”, “discapacitado”, “inválido”, “incapacitado” o “deficiente” tampoco son correctos.

En el 2016 el Senado retiró de la redacción de sus leyes y otros documentos la denominación “personas con capacidades diferentes”.

El término correcto es “personas con discapacidad” o PcD.

Para el caso de las personas que no pueden ver o que tienen dificultades para hacerlo son incorrectos “invidente”, “cieguito” o cualquier otro diminutivo. Lo recomendado es “ciego”, “débil visual” o “persona con una discapacidad visual”.

Asimismo, son conceptos incorrectos “minusválido”, “impedido”, “cojo”, “lisiado” y “paralítico”. Lo indicado es “persona con discapacidad motriz”.

“Sordomundo” y “sordito” son incorrectos, en cambio “sordo” o “persona con discapacidad auditiva” son términos acertados.

Por supuesto, tampoco son correctos “loco”, “loquito”, “mongol”, “trastornado” o “retrasado mental”. Se debe decir “discapacidad mental”, “persona con discapacidad psicosocial” o “persona con discapacidad intelectual”.

De la población mexicana, cinco por ciento lo integran personas con alguna discapacidad; recordemos que utilizar un lenguaje correcto evita la estigmatización y promueve una mejor convivencia.

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