Nubia Muñoz fue nominada al Nobel de Medicina en 2008 gracias a que sus hallazgos permitieron establecer por primera vez el virus del papiloma humano (VPH) como la causa principal del cáncer de cérvix o de cuello uterino, el cual se le diagnostica a más de medio millón de mujeres al año y mata a aproximadamente 300 mil.

Después de 3 décadas investigando, los descubrimientos de la colombianaresidente en Lyon, Francia (sede del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer) abrieron “perspectivas enormes para la prevención”, pues se desarrollaron el test de VPH y la primera vacuna contra el VPH, comercializada en 2006.

La vacuna se introdujo en 86 países y se han vacunado más de 120 millones de mujeres en el mundo, sin embargo, es importante puntualizar que aunque las mujeres son las principales afectadas, el virus también puede afectar a los hombres, pues incluso está vinculado al cáncer de pene, ano y orofaringe, y a las verrugas genitales.

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Ahora bien, aunque al principio la campaña de vacunación parecía ser todo un éxito, también estuvo rodeada de polémica, especialmente en Colombia, pues se dio un episodio de sugestión colectiva, debido a una “percepción exagerada”sobre la exposición a la vacuna.

Según las palabras de Muñoz, se trató más bien de “una situación de estrés exagerada”, y evolucionó al grado de echar por tierra todo el programa de vacunación en el país.

En el verano de 2013 se lanzó la vacuna contra el VPH en todo Colombia. “El gobierno hizo un gran esfuerzo para comprar la vacuna y ponerla a disposición de todas las niñas mayores de 9 años, gratis. Y hay que tener en cuenta que, cuando se comercializó, era una vacuna muy cara; cada dosis costaba más de US$100. Y se necesitaban inicialmente tres”.

“Todo iba muy bien. En 2013, Colombia tenía las coberturas más altas, tan buenas como las de Reino Unido o Australia, por encima del 90%. Yo estaba feliz. Y luego pasó un incidente en Carmen de Bolívar, un pueblito de la costa atlántica con muchos problemas socioeconómicos que había sufrido mucho con la violencia de la guerrilla y de los paramilitares”.

Muñoz recuerda que vacunaron a toda las niñas de 9 años en las escuelas. Algunas “presentaron mareos, dificultad para respirar, problemas en las piernas y de sensibilidad”.
“Pensaron que podía ser el plomo del agua o una intoxicación alimentaria”,pero se “Hicieron varios estudios y no encontraron nada. Y luego a una de las psicólogas de una escuela se le ocurrió decir. ‘¡Ah! ¡Pero estas niñas fueron vacunadas con la vacuna del papiloma!'”.

De ahí “nació el rumor” de que la vacuna era causante de los problemas, aunque según un estudio detallado del INS, todo resultó ser fruto de la autosugestión, pues no se encontró relación alguna entre lo que reportaron las niñas y la aplicación de la vacuna.

“Se hizo una demanda muy grande contra la compañía que desarrolló la vacuna y se vino abajo todo el programa, que era excelente. El Ministerio de Salud trató de retomarlo, pero creo que no se hizo con la motivación suficiente como para recobrar la confianza”.

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