Tras sortear periódicos históricos relevantes como el reinado de un monarca europeo, la exposición universal de París en 1867 y la Segunda Guerra Mundial, un piano se volvió inmortal y ahora será subastado en Israel por más de un millón de dolares (19 millones de pesos).
Sebastian Marchisio fue el diseñador de clavecines italiano que comenzó a construir este instrumento en 1799 pero falleció antes de finalizar su obra; sus descendientes se encargaron de terminarla.
Tras su exhibición en la exposición universal de París de 1867, el artefacto, cuyo ligero sonido se ubica entre el del piano y el clavecín, fue obsequiado al príncipe Humberto I, que más tarde fue rey de Italia.
Luego, de forma desconocida, el piano pasó a manos de los nazis, pero en la batalla de Al Alamein, en Egipto, fue rescatado por los británicos, que lo descubrieron abandonado dentro de una caja de madera.
Sus dueños posteriores fueron un vendedor israelí, el afinador Avner Carmi – que escribió junto a su esposa un libro sobre la histórica pieza, El piano inmortal -, la sala de conciertos Steinway Hall de Nueva York y un empresario que lo compró en 1996 por un millón de dolares.
“Cuantas más cosas sabía sobre este piano y su historia, más apego sentía”, manifestó su último propietario tras ponerlo en venta a través de Winner´s, la casa de subastas que lo ofertará en Israel y espera alcanzar un monto de 2 millones de dolares (40 millones de pesos).