Gabriela Alejandra Hijar Soto es una artista plástica especializada en escultura, cerámica y piezas de metal, como joyería, y que actualmente trabaja el proyecto titulado Hacia la musicorporalidad de la escultura.

Este proyecto tiene como objetivo la creación de instrumentos musicales a partir de piezas de barro que servirán para ejecutar melodías y ritmos, combinando así la escultura con la producción de instrumentos musicales.

Según la artista, egresada de Stephen F. Austin State University en Texas, Estados Unidos, la idea de este proyecto surgió después de asistir a una residencia en Oaxaca, donde aprendió a hacer instrumentos musicales en barro y desde entonces, empezó a mezclar la música con su especialidad, la escultura.

“Era algo que me inquietaba mucho, porque siempre intenté mezclar música y hacer que de mis piezas surgieran sonidos; sin embargo, no tenía el estudio suficiente para hacer este tipo de obras. Y te puedo decir que el proceso no ha sido fácil, ya que, al cocer el barro, el sonido de cada pieza cambia, lo que ha requerido un trabajo constante de prueba y error para lograr buenos resultados”, dice en entrevista.

Gabriela Hijar comenzó experimentando con esculturas basadas en la corporalidad humana, en particular con formas que solo se logran con ciertas partes, tales como el regazo.

“Esta posición efímera del cuerpo, que solo existe cuando estamos sentados, fue la primera que elegí para explorar qué sonido se produciría a partir de una escultura con esta forma”, comenta y, a partir de ahí, dice, es cuando comienza a experimentar con otras posiciones del cuerpo que solo se logran en ciertos momentos, para luego plasmarlas a través del barro y así generar sonidos diversos.

En este sentido, la artista señala que la confección esas piezas ha sido más compleja de lo que esperaba, pues la intervención del barro, el grueso de este, los espacios y elementos, como la cocción, hacen que el sonido cambie.

“Una de las cosas que recuerdo que me llamó más la atención es que mi maestro me dijo es que entre más pequeño es el silbato, más aguda es la nota y entre más grande, más grave; entonces comencé a experimentar con esta forma de trabajar con el barro y la verdad es que es todo un reto, porque a la hora de crear una pieza y cocer el barro, el sonido cambia y entonces calibrar todas las piezas fue un trabajo de prueba y error”, explica.

En total, el proyecto consta de siete esculturas con partes del cuerpo, las cuales producirán el sonido de cada una de las notas musicales, de Do a Si. Según la artista, la música siempre le ha gustado, pero este es su primer acercamiento profesional con esta disciplina, combinándolo con su especialidad en escultura.

Gabriela Hijar considera que tendrá las siete piezas listas en agosto de 2023. Además, planea realizar un video en el que se presente tocando estas obras, así como un manual para que cualquier persona interesada en crear objetos musicorporales, como ella los llama, pueda realizarlos.

La artista visual cuenta con una maestría en Fine Arts en la Stephen F. Austin State University de Texas, Estados Unidos, con especialidad en Cerámica y metales pequeños tipo joyería (metalsmith). Cuenta, además, con tres exposiciones individuales, una en Estados Unidos y dos en México.

De forma colectiva, Hijar Soto ha expuesto en México y en países como España, Estados Unidos e Islandia, y ha realizado cuatro residencias artísticas en Islandia (2018), Ciudad de México (2018), Oaxaca (2022) y Brasil (2023). En 2019, ingresó como docente a la Universidad Autónoma de Chihuahua impartiendo materias a nivel Licenciatura y Maestría; mientras que en 2020 se integró al equipo de ceramistas de Rothdesign en Tulum, Quintana Roo.

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