Después de un año de trabajo están listos, impresos y comenzaron a ser distribuidos gratuitamente los libros infantiles para colorear Corazones (Amochtla paliztli), y Dos Espíritus (Xon xi ma ‘biyá), acompañados de poemas en náhuatl y mazateco, con traducciones al español e inglés. Creados por la pintora oaxaqueña Guadalupe Reyes, están siendo enviados a comunidades indígenas y rurales de Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Zacatecas.Pintora crea y dona libros para colorear con poemas en náhuatl y mazatecoDespués de un año de trabajo están listos, impresos y comenzaron a ser distribuidos gratuitamente los libros infantiles para colorear Corazones (Amochtla paliztli), y Dos Espíritus (Xon xi ma ‘biyá), acompañados de poemas en náhuatl y mazateco, con traducciones al español e inglés. Creados por la pintora oaxaqueña Guadalupe Reyes, están siendo enviados a comunidades indígenas y rurales de Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Zacatecas.

En entrevista, la joven artista plástica, originaria de la comunidad mixteca La Humedad, en Oaxaca, describió cómo y por qué surgió la idea de estos libros infantiles para ser donados, en una época difícil en términos sociales, políticos y económicos en el país, sobre todo difíciles de comprender, para los menores de edad.

A los 14 años, Guadalupe Reyes emigró a Estados Unidos, donde además de trabajar, realizó estudios de pintura y escultura y participó en varias exposiciones colectivas. En 2013 fue nombrada “pintora del año” por el Mexican Cultural Committee, en Nueva York. En 2017 regresó a México y se instaló en Zacatecas, donde abrió su propia galería-taller.

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Explica que en septiembre de 2020 se encontraba dibujando “y me di cuenta de que estaba haciéndolo con muchos detalles, y uno de mis maestros de pintura en Estados Unidos me decía que no hiciera muchos detalles ‘porque cuando ya pintes, se pierde’, y al ver mi trabajo pensé que podía aprovechar eso para hacer unos libros para colorear. Así surgió la idea”.

Aclara que desde el principio lo hizo con la idea de donar los libros a niños de comunidades rurales indígenas. “También pensé en ponerle algunos textos en lenguas originarias a niños del sur y la idea fue creciendo.”

Luego agregó un poema inspirado en cada dibujo: “escribí todos los poemas, son 11 por libro y 11 dibujos”. El escrito en náhuatl corresponde al de Corazones.

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Guadalupe Reyes los escribió en español. La investigadora Delfina de la Cruz, de la Universidad Autónoma de Zacatecas y originaria de Chicontepec, Veracruz, hizo la traducción al náhuatl. Kathleen Tacelosky, lingüista profesional, académica e investigadora de la Universidad de Lebanon Valley, en Pensilvania, tradujo al inglés.

Contacto con el arte

Para Guadalupe Reyes, la inspiración de los dibujos para colorear y los poemas tuvo su génesis en plena pandemia, dice: “Justo ahora, en el periodo de encierro, empecé a estudiar mucho de la mística espiritual de varios países, de India, las cábalas, mucho sobre la espiritualidad, y de ahí me llené mucho”.

Cuando se vive en Estados Unidos, señala, “no te enteras de la realidad en México, pero ahora que estoy de nuevo en mi país, ya veo las cosas de diferente manera”.

Gran parte de la transformación que dice haber experimentado tiene que ver con los golpes de realidad ante la violencia, la pobreza y la desigualdad cotidianas. Durante las últimas semanas de septiembre, a Guadalupe Reyes le tocó vivir de cerca la elevada criminalidad que hay en Zacatecas: el robo a varios negocios, el cierre de otros por las amenazas de “cobro de piso” de supuestos integrantes del crimen organizado y un asalto directo.

“Y para no sufrir tanto, porque en esta tierra siempre va haber retos, problemas, y debemos tener una mente muy fuerte, nivel espiritual, para no caer y seguir. A mis amigas feministas he platicado y les digo: tenemos que estar fuertes mentalmente para ayudar a las demás”. En este contexto, “yo creo que si no hubiera tenido ese trabajo espiritual que ahora tengo, sí me hubiera asustado mucho”.

El otro libro lo nombró Dos Espíritus, y tiene que ver, dijo la artista, con el rencuentro de la mujer con la espiritualidad y con la naturaleza. Este contiene poemas suyos en mazateco. La traducción la hizo la cantante Cecilia Rivera Martínez, originaria de Huautla de Jiménez, Oaxaca, cantante y traductora en su lengua originaria, quien en 2020 ganó el 25 concurso de cuento mazateco organizado por la Secretaría de Educación de Puebla.

Con ambos libros infantiles para colorear, señala: “quiero que las niñas y niños tengan ese contacto con mi obra, porque yo nunca había dejado mi trabajo al desnudo, así, en registro –es decir, en blanco–, porque los niños van a complementar con sus propios colores los dibujos en cada libro. Eso va a ser lo interesante”.

Sobre todo, añadió, se mantendrá fiel a su estilo “para seguir reivindicando a la mujer, y sobre todo a la mujer indígena, la mexicana”. En estos libros para colorear se interesó particularmente en seguir destacando lo mexicano, “nuestras raíces, nuestras lenguas indígenas, las flores mexicanas, los colibríes.

“La mayoría de los libros infantiles para colorear son sobre temas muy occidentalizados, hechos por blancos, con personajes de Disney o Hollywood, y eso es justo lo que no quería.”

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