La poetisa, pedagoga y diplomática chilena Gabriela Mistral, figura capital de las letras, desarrolló una expresividad propia basada en un estilo elemental de imágenes intensas, con el que desnudó su intimidad dolorida y un corazón rebosante de amor, volcado sobre los niños, los desvalidos o su propia tierra, en tonos hondamente religiosos.

Nació hace 129 años, el 7 de abril de 1889, en Vicuña, Chile. El portal “cervantes.es” detalla que su verdadero nombre fue Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga y más tarde adoptaría el seudónimo de Gabriela Mistral. Fue hija de Jerónimo Godoy Villanueva y Petronila Alcayaga Rojas.

Su amplio legado al mundo de las letras la convirtió en una figura latinoamericana. Con una vocación inclinada hacia la docencia, Mistral ingresó a la Escuela Normal de Santiago y más tarde obtuvo el título de profesora de español en la Universidad de Chile.

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Según el portal “buscabiografias.com”, en 1904 colaboró en el periódico “Coquimbo”, de La Serena, utilizando los seudónimos de “Alguien”, “Soledad” y “Alma”. En 1907 escribió para los periódicos “La Voz de Elqui” y “La Reforma”.

Cuentan que su popularidad como escritora y el nacimiento de su seudónimo se produjo en 1914 tras ganar el primer premio en el concurso Juegos Florales, por su obra “Sonetos de la Muerte”, un compendio de poemas que habrían sido su catarsis tras el suicidio de su novio Romelio Ureta.

En 1917 es incluida en la antología de poetas chilenos “Selva lírica”, preparada por Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya. Poemas como “Los sonetos de la muerte”, “La maestra rural” y “El ruego” son escogidos por los antologistas para celebrar la nueva voz poética.

Es 1922 fue invitada entonces por el gobierno mexicano a colaborar con la reforma educacional; en 1924 publicó “Lectura para mujeres”, fundó una escuela que lleva su nombre y ayudó en la organización de bibliotecas públicas y privadas.

En 1925 dejó la enseñanza y, tras actuar como representante de Chile en el Instituto de Cooperación Intelectual de la S.D.N., fue cónsul en Nápoles y en Lisboa, cita una biografía suya difundida por el sitio “los-poetas.com”.

La misma fuente señala que tras su regreso a Chile colaboró decisivamente en la campaña electoral del Frente Popular (1938), que llevó a la presidencia de la república a su amigo de juventud P. Aguirre Cerda.

En 1945 recibió el Premio Nobel de Literatura; viajó por todo el mundo, y en 1951 recogió en su país el Premio Nacional.

En 1953 fue nombrada cónsul de Chile en Nueva York. Allí participó en la Asamblea de Las Naciones Unidas representando a Chile, país en el que al año siguiente se le rinde un sentido tributo.

A la par había publicado libros como “Tala” (1938), una de sus obras cumbre, y cuyos derechos de autor cedió a niños víctimas de la Guerra Civil Española. En 1945 le fue otorgado a Mistral el Premio Nobel de Literatura.

Otras de sus obras son “Lagar” (1954), “Recados, contando a Chile” (1957) y “Poema de Chile” (1967). De manera póstuma se han publicado “Almácigo” (2008), “Niña errante” (2009) e “Hijita querida” (2011), entre varios más.

Tras una larga enfermedad, Gabriela Mistral falleció el 10 de enero de 1957 en el Hospital General de Hempstead, en Nueva York; sus restos recibieron homenaje del pueblo chileno, que guardó tres días de duelo oficial en su honor.

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