En cada uno de sus relatos invita a entrar en su casa: recuerdos, viajes y tradiciones de un México al que siempre regresa a probar los olores y los sabores que no olvida, que le devuelven las imágenes, los diálogos, las historias y el amor que las significa. Se trata de la escritora xalapeña Xánath Caraza, quien este viernes presentó los libros Meztli y Hudson, durante una tarde de cuentos, poesía, danza y amigos en el Centro Recreativo Xalapeño.

En Meztli no se permite olvidar que la distancia es sólo una pausa, que esa lejanía sirve para reafirmar sus raíces, un motivo para volver siempre, porque no puede ser de otra manera. La tierra llama.

Para la autora, Kansas City (en Estados Unidos) es otra casa, “en la que habitan otras personas, otros nombres, otras sombras que necesitan ser escuchadas a través de sus historias y nos revelan sus dificultades: el ser ajenos a esa patria, a esa América, como se revela en el cuento Ciudadanía”, dijo Juan Mireles, editor de Capítulo 7, sello bajo el que se publicó esta recopilación de cuentos y relatos.

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El libro reúne más de 20 textos y es la primera edición bilingüe que la autora publica en México, pues sus obras han aparecido en Estados Unidos, España y otros países. Lo tradujeron al inglés Sandra Kingery y Kaitlyn Hipple.

“Este trabajo le permitirá conectarse con el lector mexicano y sin duda sentirá una cercanía no sólo con la gente radicada aquí, sino con nuestros compatriotas del ‘otro lado’, quienes entienden a nuestro país y gente desde otra perpectiva”, añadió.

Por su parte, la editora Xóchitl Salinas dijo que Xánath Caraza es una de las escritoras xalapeñas con mayor proyección internacional y le agradeció por los años que han trabajado juntas. Sobre Hudson, publicado por Editorial Nazarí, de Granada, España, explicó que es la compilación con 50 poemas en torno del emblemático río estadounidense que atraviesa Nueva York y otras regiones.

En Hudson se plantea la metáfora de un río que impone un paisaje cotidiano observable desde una ventana, un auto, los edificios, o caminando; que ha arrastrado miles de cadáveres y, en contraste, es también un lugar para los amantes.

La autora utiliza al río para llorar, para herir, para mostrar todo lo que está ocurriendo en Estados Unidos, en un momento en el que los centros de detención de menores, la deportación y el racismo han crecido y separado familias.

Finalmente, Xánath Caraza contó que este libro inició en la ciudad de Nueva York por trabajo, pues todos los días, a veces cada hora, fotografiaba los barcos y a la gente: sus problemas, los tonos, los colores: “Así comenzó el libro. Claro que estaba sucediendo todo lo que sabemos. Hago poesía social, de compromiso… y no podía quedarme callada”.

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