La entronización hoy del príncipe Narahuito, de 59 años, por la abdicación de su padre, el emperador Akihito, dio inicio en Japón a la nueva era “Reiwa”, que activó en el último mes una carrera frenética para actualizar diversos sistemas oficiales y privados para cumplir con la ley.

El nombre de la era o “gengo” concita un enorme interés público en Japón, debido a que se utilizará en calendarios, periódicos, documentos oficiales y certificados, incluidas las licencias de conducir.

Naruhito ascendió al Trono del Crisantemo este miércoles (horario de Japón), un día después de que su padre, el emperador Akihito, de 85 años, se convirtió en el primero en abdicar en más de 200 años tras un reinado de tres décadas bajo la era Heisei (“lograr la paz”), que inició el 8 de enero de 1989, un día después de la muerte del emperador Hirohito.

A cada reino de un emperador de Japón, o “gengo”, se le da un nombre que se usa para marcar los años en forma paralela al calendario occidental.

Durante la ascensión al trono imperial, Narahuito recibió una espada, una joya y los sellos oficiales en una ceremonia que se cumplió una vez más luego de miles de años de antigüedad.

Los nombres de las eras anteriores en la historia moderna de Japón fueron “Meiji” (gobierno iluminado) a partir de 1867, cuando ocupó el trono el emperador Mutsuhito; “Taisho” (gran legitimidad), a partir de 1912, la era del emperador Yoshihito; y ‘Showa’ (paz y armonía) a partir de 1926, la era del emperador Hirohito.

En la línea de sucesión después de Naruhito figuran su tío, el príncipe Hitachi, de 83 años, el hermano menor de Naruhito, el príncipe Akishino, de 53, y el hijo de Akishino, el príncipe Hisahito, de 12.

La única descendiente de Naruhito y Masako, la princesa Aiko, de 17 años, no será candidata a ocupar el trono, no al menos durante la vigencia de las reglas previstas por el protocolo que rige a la familia imperial japonesa.

Nacido el 23 de febrero de 1960, Naruhito fue el primer príncipe que creció bajo el mismo techo que sus padres, en lugar de ser educado por institutrices y tutores.

En la década de 1980 estudió durante dos años en la Universidad de Oxford, en Reino Unido, tras obtener un diploma en historia en Japón.

De esa forma pudo librarse por un tiempo de las rígidas normas que marcan la vida imperial en Japón, mezclándose con otros estudiantes e incluso con la familia real británica. En 1993 se casó con Masako Owada, nacida en 1963 en una familia de diplomáticos y formada en las universidades de Harvard y Oxford.

Masako es una mujer políglota que ha recorrido el mundo, pero que renunció a una carrera diplomática por pertenecer a la familia imperial japonesa.

Masako, sin embargo, vive sometida a las estrictas reglas de la Agencia de la Casa Imperial, algo que parece deprimirla.

Entre las presiones que ha soportado destaca la derivada de la obligación de tener un hijo para cumplir con la sucesión imperial de índole patrilineal en Japón.

En 2001, Masako alumbró a una niña, la princesa Aiko, única descendencia de la pareja. Más tarde, casi una década después, Masako se hizo a un lado de los reflectores públicos. Su esposo prometió protegerla “a cualquier precio”.

Acusó entonces al protocolo de asfixiar a su esposa. El reclamo desató una conmoción en la Corte.

“En los últimos 10 años, la princesa Masako se esforzó por adaptarse a la vida de la familia imperial. Yo fui testigo, esta empresa la dejó totalmente agotada”, declaró Narahuito, según el portal La Información.

“También hay que decir que su antigua carrera y rasgos de su personalidad le fueron, en cierto sentido, negadas”, añadió ante el estupor de periodistas japoneses y extranjeros.

El Palacio dijo entonces que Masako estaba sujeta a un tratamiento médico casi desde que contrajo matrimonio por una enfermedad calificada por la Casa Imperial como “problema de adaptación”, pero que en realidad era una depresión.

Bajo una fuerte presión, Naruhito ofreció disculpas por sus declaraciones, aunque expresó compasión por su esposa y pidió “nuevas obligaciones imperiales adaptadas a la evolución de la sociedad”.

Naruhito y Masako “no podrán realizar tantas actividades como la pareja imperial actual”, debido al estado de salud de Masako, según Hideya Kawanishi, profesor de historia de la Universidad de Nagoya, citado por el portal La Información.

“Masako cumplirá con sus obligaciones de forma progresiva”, advirtió el príncipe en una rueda de prensa en 2018, antes de una visita a Francia a la que su esposa no lo acompañó.

En una declaración publicada por su cumpleaños en diciembre, Masako dijo que se recuperaba progresivamente y consideró que podrá “cumplir con más obligaciones que antes”.

Publicidad