Un equipo internacional de antropólogos y genetistas reveló una práctica de sacrificio ritual de niños, centrada exclusivamente en los varones, en la ancestral ciudad maya de Chichén Itzá (México). Los exámenes de ADN de antiguos restos de 64 niños, enterrados ritualmente dentro del chultún (cisterna de agua) de la ciudad, mostraron las estrechas relaciones de parentesco entre los individuos sacrificados, incluidos dos parejas de gemelos. Estos hallazgos sugieren una conexión con los mitos del origen maya del ‘Popol Vuh’.
“Lo más sorprendente es que identificamos dos pares de gemelos idénticos”, señala Kathrin Nägele, coautora y líder de grupo en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania). “Podemos decir esto con certeza porque nuestra estrategia de muestreo garantizó que no duplicaríamos individuos”. En conjunto, los hallazgos indican que los niños varones emparentados probablemente fueron o seleccionados en parejas para actividades rituales asociadas con el chultún.
Hipótesis previas
La antigua ciudad maya de Chichén Itzá, ubicada en el corazón de la península de Yucatán, es uno de los sitios arqueológicos más emblemáticos y enigmáticos de América del Norte. Ascendió al poder tras el colapso del Maya Clásico y floreció entre el 600 d. C. y el 1000 d. C. Fue un centro político populoso y poderoso en los siglos que precedieron a la llegada de los españoles, ampliamente conocido por su extensa evidencia de matanzas rituales.
“Los relatos de principios del siglo XX popularizaron falsamente cuentos escabrosos sobre mujeres jóvenes y niñas sacrificadas en el lugar”, explica Christina Warinner, antropóloga en la Universidad de Harvard. “Este estudio, realizado como una estrecha colaboración internacional, le da la vuelta a esa historia y revela las profundas conexiones entre el sacrificio ritual y los ciclos de muerte y renacimiento humanos descritos en los textos sagrados mayas”, añade.
El estudio genético
En 1967, se descubrió una cámara subterránea que contenía los restos dispersos de más de cien niños pequeños. Esta cámara, que probablemente era un chultún reutilizado, había sido ampliada para conectarla con una pequeña cueva. Entre los antiguos mayas, las cuevas, los cenotes y los chultunes se asociaron durante mucho tiempo con el sacrificio de niños. Estos elementos subterráneos se consideraban ampliamente como puntos de conexión con el inframundo.
La datación de los restos reveló que el chultún fue utilizado con fines mortuorios durante más de 500 años, del siglo VII al XII d. C., pero la mayoría de los menores fueron enterrados durante el período de 200 años del apogeo político de Chichén Itzá, entre el 800 y el 1000.
Resultados sorprendentes
Inesperadamente, el análisis genético reveló que los 64 individuos analizados eran varones. Un análisis genético más detallado reveló que los menores procedían de poblaciones mayas locales y que al menos una cuarta parte de ellos estaban estrechamente relacionados con al menos otro niño del chultún. Estos jóvenes parientes habían consumido dietas similares, lo que sugiere que fueron criados en el mismo hogar.
“Nuestros hallazgos muestran patrones dietéticos notablemente similares entre individuos que exhiben una conexión familiar de primer o segundo grado”, comenta el coautor Patxi Pérez-Ramallo, investigador de la Universidad NTNU (Noruega).
“Las edades y dietas similares de los niños varones, su estrecha relación genética y el hecho de que fueron enterrados en el mismo lugar durante más de 200 años apuntan al chultún como un lugar de entierro postsacrificio, habiendo sido los individuos sacrificados seleccionados por una razón específica”, subraya Oana Del Castillo-Chávez, coautora e investigadora de la Sección de Antropología Física del Centro INAH Yucatán. El estudio fue publicado este miércoles en Nature.
Conexiones con el ‘Popol Vuh’
Los gemelos ocupan un lugar especial en las historias de origen y la vida espiritual de los antiguos mayas. El sacrificio de gemelos es un tema central en el sagrado ‘Libro del Consejo Maya K’iche”, más conocido como ‘Popol Vuh’. En el libro, los gemelos Hun Hunahpu y Vucub Hunahpu descienden al inframundo y son sacrificados por los dioses. Los hijos gemelos de Hun Hunahpu, conocidos como los Héroes Gemelos Hunahpu e Xbalanque, luego vengan a su padre y a su tío sometiéndose a repetidos ciclos de sacrificio y resurrección para burlar a los dioses del inframundo.
Estos personajes y sus aventuras están ampliamente representados en el arte maya clásico, y debido a que las estructuras subterráneas se consideraban entradas al inframundo, el entierro de gemelos y de parejas de parientes cercanos dentro del chultún de Chichén Itzá puede recordar a rituales que involucraban a los Héroes Gemelos.