Al conmemorar esta tarde el 61 aniversario de la muerte del muralista Diego Rivera (Guanajuato, 8 de diciembre de 1886-Ciudad de México, 24 de noviembre de 1957), el director de la Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Luis Rius, dijo que es un personaje ilimitado “porque nunca se termina de escribir su historia”.

Mencionó que cuando aparecen nuevos libros, estudios, ensayos y análisis en torno a la vida y obra del también pintor y militante comunista, siempre hay algo nuevo, debido a la íntima relación que Rivera tuvo con la arquitectura, la arqueología, las artes plásticas, el desarrollo de la vanguardia, la generación de los profesionales del arte y mucho más.

Explicó que Diego Rivera está presente, también, en las novelas de Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, y en diversos autores internacionales desde 1924, ya que desde muy joven destacó y llamó la atención de quienes alrededor del mundo tenían puestos los ojos en el arte que se desarrollaba en México en los albores de los años 20.

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Destacó que para mantener vigente la figura de tan grande artista, la Secretaría de Cultura federal, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Palacio de Bellas Artes, la casa estudio que él dirige y otras instituciones, trabajan juntos en revisar, con originalidad, la trayectoria de Diego Rivera, independientemente de los proyectos de cada dependencia.

Añadió que gracias al esfuerzo de diversos profesionales del arte, quienes valoran lo que es Diego Rivera, entre investigadores, escritores, museógrafos, curadores y artistas, la imagen del muralista célebre porque en sus obras reflejó un alto contenido social del México que le tocó vivir, es conocida ampliamente más allá de las fronteras de este país.

Luis Rius puso en relieve que en la Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo es grande el interés que se tiene en continuar con el rescate histórico de artistas ligados al paradigma de Diego Rivera, así como en regresarlo a esa casa, lo cual hace a través de exposiciones dedicadas a su papel de coleccionista y como artista inspirado en el arte prehispánico.

Su correspondencia, sus objetos personales, la ropa que el recinto resguarda y el tiempo que vivió en el extranjero, son objetos también de estudio. “De esa forma, y como ya lo ha mencionado un teórico, Diego Rivera es un triángulo perfecto en el que hay que ver nacionalismo mexicano, estancia en Estados Unidos y experiencia en la Unión Soviética”.

Otra plataforma que ha sido muy importante para mantener vigente el legado de Diego Rivera, apuntó, son las Casas Museos. “Estamos hermanados con la Casa Estudio de Luis Barragán, de Frida Kahlo, de Venustiano Carranza y de José Alfredo Jiménez, entre otras, personajes grandes y disímbolos que son homenajeados en sus casas museos”, dijo.

Además, a nivel mundial estos recintos mexicanos están ligados a sus iguales de Gandhi, Goya, Federico García Lorca y otros muchos más, los cuales son espléndidas plataformas para dar a conocer y difundir la obra de Diego Rivera a través de diversas actividades como exposiciones, conferencias, coloquios y encuentros de especialistas.

La Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo es un espacio dedicado a la memoria de ese artista, y al estudio y análisis de su generación plástica en México. En ese lugar Diego pintó la mayor parte de su obra de caballete (más de tres mil cuadros) y proyectó los murales que realizó en la segunda parte de su vida; Frida se consolidó ahí como artista, al crear casi 100 obras.

El Museo Estudio Diego Rivera fue creado el 21 de abril de 1981 y abrió sus puertas al público el 16 de diciembre de 1986. Exhibe obras de caballete, dibujos, piezas de arte prehispánico y popular, documentos, libros, objetos personales y fotografías de época que recrean la atmósfera de vida y trabajo de Diego y Frida. Desde el 28 de febrero de 1997 es una institución de investigación y difusión cultural.

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