El historiador e investigador Rodrigo Martínez Baracs dictó ayer la conferencia Los tiempos de Malintzin, en donde reivindicó el papel que jugó Malinche, también llamada Malinalli o doña Marina en la conquista de México-Tenochtitlan.
En el Templo Mayor y en el marco de las actividades conmemorativas por el Día Internacional de la Mujer, el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, indicó que Malinche fue un personaje clave en la conquista, ya que los soldados y cronistas españoles que se refieren a ella con agradecimientos y los indígenas la representan en muchos códices con atuendos de realeza.
Martínez Baracs destacó se desconocen muchas cosas de Malintzin, como su nombre verdadero, ya que todos los apelativos para referirse a ella se derivan de “Marina”, nombre con el que la bautizó el canónigo Juan Díaz en 1519.
¿A quién traicionó Marina? Ella no era mexica”, anotó Martínez Baracs. El carácter negativo a la herencia española de México, dijo el historiador, fue creada con el triunfo del movimiento independentista.
Y señaló que, de acuerdo con la estadunidense Camilla Townsend, biógrafa de Marina, tras la muerte de su padre, el señor de Olotlan, su padrastro y hermanastros la vendieron como esclava doméstica en Tabasco, aunque otras versiones sugieren que fue robada.
Marina fue cedida al soldado Alonso Hernández Portocarrero, quien se la entregó a Hernán Cortés, que la convirtió en su concubina, acompañante y traductora.
Martínez Baracs concluyó que Malintzin fue una mediadora entre dos visiones de mundo y, quizá, “no únicamente les confió a los españoles cómo conquistar Mesoamérica, sino también debió ser influyente al momento de transmitirles qué era necesario conservar de ese mundo indígena”, el cual se convirtió en la Nueva España y, finalmente, derivó en el actual México.