Un equipo de científicos finalmente ha resuelto el caso del asesinato de un joven que murió en la época medieval tras recibir cuatro estocadas de espada en la cabeza hace más de 700 años, según un estudio reciente publicado en The Journal of Archaeological Science.

La gravedad de las heridas sugiere que el asesinato pudo ser “un caso de ensañamiento”, explicó a Live Science la autora principal de la investigación, Chiara Tesi, antropóloga del Centro de Osteoarqueología y Paleopatología de la Universidad de Insubria en Italia. 

Para examinar el impacto de la espada en los tejidos blandos, los especialistas crearon reconstrucciones de la cara de la víctima. Además, analizaron los restos utilizando técnicas forenses modernas, incluida la tomografía computarizada y la microscopía digital de precisión para detectar lesiones en el cráneo. Gracias a sus esfuerzos, por primera vez han establecido la secuencia del asesinato.

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Según Tesi, “el individuo probablemente fue tomado por sorpresa por el atacante” y no protegió adecuadamente su cabeza. Además, reveló que las heridas más profundas fueron infligidas por la espalda, lo que significa que, tras atacar inicialmente a la víctima desde el frente, el asesino persiguió al joven, que probablemente trataba de escapar.

Así, la primera estocada le causó una lesión poco profunda en la parte superior del cráneo. Luego, obtuvo otros dos golpes, uno de los cuales afectó a la región auricular y el otro al cuello. “Al final, probablemente exhausto y boca abajo, recibió un último golpe en la nuca que le causó la muerte inmediata”, concluyó la antropóloga.

En su opinión, hubo un motivo complejo para el crimen, ya que un ataque tan frenético demuestra que el agresor estaba decidido a terminar su trabajo.

Además, el estudio mostró que todas las heridas fueron causadas por la misma arma blanca, probablemente una espada de acero, y fueron infligidas por una sola persona.

La identidad de la víctima

Los arqueólogos descubrieron el esqueleto de la víctima en 2006 en una tumba en la iglesia de San Biagio in Cittiglio, una localidad italiana en la provincia de Varese. La datación por radiocarbono indica que el cuerpo fue enterrado allí antes de 1260 d. C. No obstante, los científicos no lograron determinar la identidad del joven. De todos modos, afirman que pudo haber sido un miembro de la poderosa familia De Citillio que originalmente estableció la iglesia.

Un análisis detallado de sus restos reveló que tenía experiencia en la guerra, practicaba el tiro con arco desde temprana edad y murió cuando tenía entre 19 y 24 años.

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