“La fiesta del color” es el título de la exposición con la que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) rinde homenaje a José de Jesús Benjamín Buenaventura Reyes Ferreira (1880-1977), mejor conocido como Chucho Reyes, en su 40 aniversario luctuoso.

La muestra, que a partir de este miércoles abre sus puertas al público en el Museo del Palacio de Bellas Artes, marca esa reflexión que este lugar ha realizado con artistas del siglo XX, entre ellos Chucho Reyes, afirmó Miguel Fernández Félix, director del recinto museístico.

La exposición, que toma el título de uno de sus telones pintados en papel de china, ofrece una visión general del registro visual y la producción del tapatío en su afán de pintor, escultor, anticuario, promotor y coleccionista del arte popular, así como de consejero estético de arquitectos.

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Al mostrar una perspectiva general de la amplia y fructífera trayectoria del artista y de las vertientes significativas de su arte, la exposición pretende dar cuenta de la experimentación técnica, del peculiar tratamiento del color y del proceso creativo en la obra artística del jalisciense.

Para el curador Arturo López, la muestra que presenta 75 piezas de 33 colecciones privadas e institucionales, entre las que destacan la del Museo Regional de Guadalajara, el Museo del Estanquillo y el Museo Soumaya, así como las colecciones Casa Estudio Luis Barragán, Pérez Simón, María y Manuel Reyero y de la Fundación Cultural Daniel Liebsohn, abarcan gran parte de la fecunda trayectoria artística de Chucho Reyes.

Está organizada en cuatro secciones temáticas: “Color y materialidad”; “Influencias y enseñanzas”; “Muerte y bestiario”, así como “Lo místico y lo profano”.

“La idea es hacer un registro visual de Chucho Reyes, es decir, qué características tiene su iconografía, principalmente en el papel de china en el que comenzó a trabajar; hablamos de un artista que más bien a través de sus intereses particulares y cercanías con los intelectuales de Guadalajara, comenzó a tener un interés particular en el arte”, dijo López.

En la primera sección, “Color y materialidad”, el público podrá apreciar los inicios del artista trabajando sobre papel de china, un material de características sumamente peculiares por su fragilidad y transparencia, el cual encarnó el medio idóneo para su oficio de pintor.

Con la experimentación plástica y el paso del tiempo, el creador logró los más atrayentes efectos en sus “papeles embarrados”.

La segunda sección “Influencias y enseñanzas” indaga, como su nombre lo indica, en las principales fuentes de inspiración en la carrera artística de Chucho Reyes, así como el valioso legado que dejó en otros artistas, es decir, sus enseñanzas.

Desde el colorido folclor y las artesanías mexicanas, pasando por la pintura de José Clemente Orozco hasta la obra de Georges Rouault y Marc Chagall, fueron fuentes de inspiración esenciales: modelos que repercutieron en el jalisciense en cuanto al tratamiento intenso del color y al trazo que define el contorno de la forma.

En relación con el legado que dejó en otros artistas, el particular punto de vista estético del pintor mexicano fue determinante en Luis Barragán y Mathias Goeritz, pues llegó a ser un excelente consejero de ambos, quienes asimilaron el uso del color, la luz, las formas, los materiales y las texturas.

En “Muerte y bestiario”, los asistentes se encontrarán con una amplísima serie de figuras de calaveras y cráneos adornados con flores de colorido contrastante.

En su producción de papel, cartón y madera, que estará exhibida en esta sección de la exposición, se encuentran múltiples figuras de medio o entero esqueleto, contraídas, serenas, irónicas, con moños decorativos, que refieren al ejercicio técnico-cromático y al impulso del momento.

En otro sentido, su amplio e imaginario bestiario, su universo plástico conformado por gallos, caballos, serpientes, tigres, leones, peces, aves y otras figuras en general de espectáculo (palenque, circo o feria) de un colorido desbordante, que denotan la influencia de la artesanía tradicional del juguete mexicano.

Por último, en “Lo místico y lo profano” destacan las piezas de sensibilidad religiosa del autor. Esto se puede apreciar en los retratos de monjes y santos, en Adán y Eva, en las figuras lanzadas del paraíso, en los querubines, ángeles y demonios grotescos; en las figuras sangrantes y coloridas de Cristo o en sus altares de Dolores, arreglados como una especie de ofrenda con los objetos de su colección.

La exposición, que permanecerá abierta hasta el 3 de junio, estará acompañada de diversas estrategias educativas y actividades dentro de la misma, enfocadas a fortalecer y enriquecer la visión de los visitantes.

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