Aretha Franklin era conocida como ‘La Reina del Soul’ por méritos propios. Impulsora del R&B, soul y sobre todo de la música gospel, así como una de las artistas más importantes del panorama musical actual. Aprovechó su estatus para romper una lanza a favor de los derechos raciales de los Estados Unidos y la liberación femenina. En enero de 1987, Franklin se convirtió en la primera mujer en entrar dentro del respetado Rock and Roll Hall of Fame, abriéndole el paso a las damas que le sucedieron: Tina Turner, Etta James, Janis Joplin, Madonna o Patti Smith.

El primer puesto de la lista de los 100 cantantes más grandes de todos los tiempos según la revista Rolling Stone en 2008 tenía su nombre y apellidos, además de tener el puesto 23 en el listado de los 100 grandes artistas.

‘La Dama del Soul’ tenía la voz más asombrosa que se podía escuchar. Desde muy pequeña empezó a entonar esos gritos afinados y esos tonos imposibles. Con el paso de las primaveras no hizo más que mejorar y asombrarnos.

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Respect

Sin lugar a dudas la canción más importante de la carrera de la artista. La versión que hizo del tema de Otis Redding, alterando la música, retocando la letra y añadiéndole unos coros, la convirtió en un total y esperanzador himno feminista. Revolucionando y poniéndole melodía a las quejas silenciosas de las mujeres de la época.

I say a little prayer

Una canción escrita para Dionne Warwick, pero sin duda la voz que le dio veinte vueltas al mundo cantándola fue la de Franklin. No estaba previsto que ella la grabara, pero en una tarde cualquiera de ensayos junto a sus hermanas se pusieron a tararearla, al rato después estaban en el estudio grabando su versión. La decisión fue meterla en la cara B de ‘The house that Jack built’, una vez en el mercado, consiguió eclipsar a la cara A y colarse por novena vez consecutiva en el ‘top ten’ de los Estados Unidos

I never loved a man

La vida de Aretha Franklin cambió cuando se unió a la compañía Atlantic, productora donde grabaría sus triunfos más recordados. Se estrenó con ‘I never loved a man (the way I love you)’, demostrando que el soul había encontrado a su infinita Reina.

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