El tipo de suelo en la Ciudad de México es óptimo para continuar levantando más torres sin temor a su derrumbe a causa de los sismos, aseguró el arquitecto Francisco Serrano.

“El miedo a los sismos es muy válido, pero en México hay mucha gente preparada que resuelve esos problemas constructivos. Un buen diseño es lo que hace segura una construcción, no es el acero, el concreto o los dos mezclados. El suelo está en buenas condiciones para seguir levantando”, explicó a Notimex.

Serrano, quien suma casi 60 años en su profesión y recién fue galardonado con la Medalla Bellas Artes de Arquitectura que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), advirtió que la capital del país continuará cambiando su fisonomía hasta convertirse en una ciudad completamente vertical.

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“Se trata de aprovechar la infraestructura que se tiene, de hacer una mezcla de los usos mixtos en los cuales se pueda vivir, trabajar y disfrutar en el mismo sitio o en sitios próximos. Ese es el camino que debe seguir la ciudad”.

Tras los sismos que en septiembre pasado sacudieron a la Ciudad de México, consideró que en los medios de comunicación se exageró la magnitud del problema, lo que hizo que mucha gente decidiera emigrar a otros lugares.

“La ciudad está en buen estado, lo que pasa es que los medios exageran lo malo y casi nunca mencionan lo bueno. Hicieron creer que se cayó toda la ciudad y si sales, verás que no es así”, apuntó.

“No quiero decir que no haya habido tragedia, porque sí la hubo y, tristemente, yo la sufrí en carne propia, pero eso no quita que se construye muy bien y es en un porcentaje muy alto”, resaltó Serrano, autor de obras como la Torre Arcos Bosques, mejor conocida como “El pantalón”, junto a Carlos Tejeda y Teodoro González de León; así como la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Informó que tiene proyectos en los cuales no puede abundar, pues a los clientes no les gusta que se den a conocer hasta que sean una realidad; no obstante, adelantó que los edificios planeados podrían ser significativos en esta metrópoli.

“La inspiración viene de mi cultura, de todos los días y a todas horas, no sólo de la arquitectura. Veo a los mexicanos y me inspiro; observo lo que hacen, en cómo pensamos, en qué historia tenemos atrás y a dónde queremos ir. Ahí se da todo”, concluyó.

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