El Wabi-Sabi es descrito como una visión estética y una forma de comprensión del mundo inspirada en el budismo y basada en la belleza de la imperfección, en la fugacidad y la no permanencia de la existencia que podría sintetizarse como “nada en la vida dura para siempre, nada es completo y nada es perfecto”.
Este punto de vista intimista y filosófico está presente en Japón desde antes del siglo XIV en objetos cotidianos, elementos arquitectónicos y diseños artísticos de aspecto natural o rústico. Se caracterizan por su asimetría, aspereza o sencillez, y por estar a veces desgastados o agrietados. Se trata de un concepto que también puede aplicarse a la forma en la que el ser humano vive y entiende su cotidianidad.
“Wabi-Sabi es el concepto que busca la belleza dentro de las imperfecciones de la vida y que acepta pacíficamente el ciclo natural de crecimiento y decadencia de todo ser viviente u objeto. Es un tipo de estética japonesa que se podría resumir como sencillez y tranquilidad”, informan desde la escuela y espacio de difusión de la cultura japonesa, Espai Wabi-Sabi.
Wabi-Sabi es el concepto que busca la belleza dentro de las imperfecciones de la vida y que acepta pacíficamente el ciclo natural de crecimiento y decadencia de todo ser viviente u objeto
La ilustradora española Amaia Arrazola descubrió esta forma de concebir la belleza que combina la composición minimalista con la calidez de los objetos provenientes de la naturaleza durante un viaje a Japón para disfrutar de una beca para artistas. Durante esta experiencia fue recogiendo la visión del Wabi-Sabi en sus dibujos.
En este diario de viaje visual lleno de anécdotas, observaciones y asombros, que originó un libro titulado ‘Wabi Sabi’ (sin guion entre ambas palabras), Arrazola describe la cultura japonesa desde su gastronomía, tradiciones y creencias, hasta el urbanismo, el carácter de la gente, la soledad colectiva, la visión del sexo, las palabras peculiares y las artes. Para su elaboración se inspiró en la novela del mismo nombre (pero con guion) escrita por el autor estadounidense Leonard Koren en 1994.
“Wabi-Sabi hace referencia a lo imperfecto, lo incompleto y lo mudable de las cosas modestas y humildes, de las cosas no convencionales, y su filosofía consiste en disfrutar del presente y en encontrar la paz y la armonía en la naturaleza y las pequeñas cosas”, señala Arrazola.
Para los japoneses este concepto ocupa la misma posición que en Occidente los ideales griegos de belleza y perfección. La palabra ‘wabi’ hace referencia a la quietud y la frescura de lo simple, mientras que ‘sabi’ habla de la serenidad que aparece con la edad. Según la perspectiva budista Mahayana se trata de características positivas porque representan la liberación del mundo material.
Sin ánimo de incursionar en el terreno del asesoramiento psicológico profesional, Arrazola señala que para aplicar esta filosofía en nuestra vida cotidiana hay que “comenzar por aspectos muy sencillos, pero que pueden tener un gran impacto en nuestro bienestar y en la forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno”.