Ni Rafael Nadal, ni Roger Federer, ni Novak Djokovic lograron un título en hierba con la precocidad de Carlos Alcaraz. Nadie podía presagiar la velocidad con la que el murciano iba a convertirse en un especialista de la superficie, pero este chico de Murcia, que derrotó en la final de Queen’s a Alex de Miñaur (6-4 y 6-4), es un maestro de todo lo que toca.

Con quizás algo más de nervios que en jornadas anteriores, Alcaraz terminaba su calentamiento en una de las pistas de entrenamiento del club lodinense y se trasladaba al vestuario, para terminar de afinar. Los nervios eran lógicos, Alcaraz ha crecido rodeado de tenis y sabe de la historia de la hierba, de sus mitos y leyendas y de su dificultad.

“Quiero escribir mi nombre aquí”, proclamó al comienzo del torneo, aunque dejando caer que no estaba entre los favoritos y que lo lógico sería perder pronto. Pero si algo tienen los mejores es que pueden desafiar a la lógica con una facilidad pasmosa. En siete días, un tiempo récord, Alcaraz ha pasado de ser un novato en la superficie, a un especialista. Ha pasado de candidato a estar en un reducido grupo de favoritos a Wimbledon. Un grupo en el que están él… y Novak Djokovic, al que además destronó con su triunfo en Queen’s del número uno del mundo.

Alex de Miñaur, uno de los tantos tenistas que han crecido con el deseo de ser el mejor y suceder al ‘Big Three’ era el último obstáculo en la soleada tarde londinense. El ‘aussie’, con pasado español, es un correcaminos, un velocista que va de lado a lado de la pista y no da una bola por muerta, pero adolece de un golpe ganador. Su servicio había funcionado a la perfección durante toda la semana y sus rivales habían caído uno a uno como moscas, pero Alcaraz es otra pasta.

No quiere decir esto que el murciano no tuviera que sufrir. Todo lo contrario. De Miñaur aguantó el envite durante ocho juegos de forma fantástica, empujando al español y viéndose favorito. Fue él el que dispuso de las dos primeras pelotas de rotura, salvadas al límite por Alcaraz, una con un saque directo y otra con tres golpes a la línea. Había que tomar riesgos y dar un paso al frente y, cuando Alcaraz se vio con el agua al cuello, resurgió.

Tras el sufrimiento, llegó el golpe al mentón del australiano, que concedió a la primera oportunidad que tuvo en contra. Alcaraz, como los grandes campeones, no necesita mil oportunidades, solo una para matarte. Sin tiempo para asimilar aún esas ocasiones desperdiciadas, De Miñaur cambiaba de lado de la pista con el primer set perdido.

Y se le abrió un rayo de luz, Alcaraz pidió la salida de su fisio, por un problema en la cara interna del muslo derecho. Vendaje y alarma, estaba muy fresca la lesión contra Novak Djokovic en París.

Por suerte, quedó en un susto, y las hostilidades se retomaron. Alcaraz, fuerte desde el fondo; el australiano tratando de hacer más cosas, de variar su repertorio. Dejó un recuerdo al gran Manolo Santana y su ‘gillette’, con una volea de retroceso en la red que le valió el choque de manos con Alcaraz. Pero la decoración no era suficiente para aplacar al español, que una vez más, solo necesitó una oportunidad para engarzar el partido.

Y ni siquiera tuvo que hacer nada. De Miñaur hizo una doble falta con punto de ‘break en contra y 2-2 y entregó el saque y el partido.

Alcaraz se convierte en el cuarto español en ganar en Queen’s; antes lo consiguieron Andrés Gimeno (1960), Rafael Nadal (2008) y Feliciano López (2017 y 2019). Mientras que Djokovic necesitó seis años, Federer, cuatro, y Nadal, cinco, para ganar su primer título en hierba, Alcaraz ha requerido de dos años y once partidos para reinar en la superficie más complicada de todas.

El próximo 4 de julio, debutará en Wimbledon como número 1 del mundo, tras arrebatar el cetro a Novak Djokovic.

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