Novak Djokovic aún intentaba digerir la pérdida de su corona de Wimbledon a manos de Carlos Alcaraz cuando un periodista le preguntó si el choque del domingo era el comienzo de una gran rivalidad.

La ironía no pasó desapercibida para Djokovic, que, a pesar de estar todavía en su mejor momento, tiene 36 años y está a punto de poner fin a una carrera que ha batido récords.

“Eso espero, por mi bien”, dijo el serbio. “Va a seguir en el circuito durante bastante tiempo”.

“No sé cuánto tiempo estaré yo”.

Las rivalidades de Djokovic con Roger Federer y Rafa Nadal, por no hablar de Andy Murray, han cautivado al deporte durante cerca de dos décadas, pero el tiempo corre en su contra para formar otra con Alcaraz, por lo que el duelo a cinco sets del domingo debe saborearse.

Ha jugado 50 veces contra Federer, 17 de ellas en grand slams, 59 contra Nadal, 18 de ellas en grand slams, y 36 contra Murray, 10 de ellas en grand slams.

Hasta ahora se ha enfrentado tres veces a Alcaraz, de 20 años.

Sin duda, la perspectiva de otro enfrentamiento en el Abierto de Estados Unidos dentro de unas semanas es emocionante, pero es cuestionable si Djokovic, 23 veces campeón de grand slams, puede alargar su carrera lo suficiente como para enfrentarse a Alcaraz con regularidad.

“Creo que es bueno para el deporte, que el uno y el dos del mundo se enfrenten en emocionantes partidos de cinco horas y cinco sets. No podría ser mejor para nuestro deporte en general, así que ¿por qué no?”, dijo Djokovic.

La realidad, sin embargo, es que el número uno del mundo, Alcaraz, podría quedarse sin un rival serio, desde luego entre la actual brigada de la nueva generación, que parece muy por detrás del fenómeno español.

“¿Quién va a estar a la altura de este chico en los próximos años?” dijo Pat Cash, campeón de Wimbledon en 1987, después de que Alcaraz pusiera fin a la racha de 34 victorias consecutivas de Djokovic en el torneo sobre hierba.

Es de esperar que el meteórico ascenso de Alcaraz tenga un impacto positivo en los jugadores de su edad, del mismo modo que Federer y Nadal inspiraron a Djokovic para convertirse en el jugador que es.

El italiano Jannik Sinner, de 21 años, venció a Alcaraz en Wimbledon el año pasado, pero hasta ahora sólo ha alcanzado una semifinal de grand slam, al perder la semana pasada contra Djokovic en sets corridos.

El nuevo número cuatro del mundo, el danés Holger Rune, de 20 años, tiene el juego y la personalidad necesarios para rivalizar con Alcaraz, con el que se batió en las categorías inferiores, mientras que el italiano Lorenzo Musetti, de 21 años, es otro con potencial para dar un paso adelante.

Pero jugadores de la talla de Stefanos Tsitsipas, Daniil Medvedev, Casper Ruud y Andrey Rublev, que se suponía iban a llenar el vacío tras la marcha de los tres grandes, han visto cómo Alcaraz les pasaba por encima.

Medvedev, campeón del Abierto de Estados Unidos en 2021, fue superado por el murciano en la semifinal de Wimbledon, que duró menos de dos horas en la Pista Central.

Aunque el deporte profesional está lleno de trampas y los que sugieren que Alcaraz arrasará con los títulos al menos durante otra década, deberían pararse a pensar.

Federer, Djokovic y Nadal hablan a menudo de la motivación que se dieron mutuamente cuando el listón estaba cada vez más alto.

Entre los dos ganaron 65 títulos de grand slams y hay que esperar que Alcaraz encuentre un par de adversarios para compartir la carga a medida que el tenis avanza hacia una nueva era.

“Creo que ya se ha llevado a Sinner con él y que se llevará a Holger Rune con él, aunque Holger Rune quizá aún no se haya hecho a la idea”, declaró a Reuters Mats Wilander, siete veces campeón de grand slams.

“Roger hizo que Novak y Rafa pensaran ‘oye, este tipo no nos va a dar nada, tenemos que ir a quitárselo’ y creo que Carlos puede ser sin duda ese tipo”.

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