Dani Alves ya no sabe lo que es tener el Estadio Olímpico Universitario lleno o con una buena entrada, pues pasó de ser la figura de Pumas más ovacionada, a llevarse los abucheos de la grada.

Alves la pasó mal ante Santos, y es que el brasileño no aguantó los cuatro goles que los Guerreros le hicieron a su equipo y se fue enojado de la cancha.

Alves comenzó como contención fijo una vez más, pero conformé pasó el tiempo, mudó de posición hasta acomodarse en la lateral derecha, lo que es su posición natural.

Sin embargo, los gritos y reclamos a sus compañeros no cesaron. El semblante de molestia fue notorio.

Aunque daba indicaciones y corría, su esfuerzo era en vano ante un cuadro felino que no mostraba garra y que, anímicamente, estaba derrotado.

Alves sufrió en la lateral derecha. Si bien el clima no era factor, la altitud le pesó al brasileño, quien tenía visita de lujo.

Para seguir el paso del sudamericano de 39 años, Cesar Sampaio y Guilherme Passos de Tiel, auxiliares de Tite, asistieron al palco del Estadio Olímpico Universitario para poder ver el juego de uno de sus elementos que tienen potencial para ir a Qatar 2022.

La afición se olvidó de Alves y su palmarés, pues lo abuchearon en cada toque de balón. Incluso en el tiro de esquina que cobró para que Juan Dinenno hiciera el gol de la honra.

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Alves la pasó mal en CU, pues pasó de llenar el estadio a ser abucheado, tan solo en cinco juegos con Pumas.

El equipo de Andrés Lillini llegó a seis partidos sin ganar, con saldo de tres empates y tres derrotas en fila, caídas en las que recibió 11 goles. La afición universitaria no perdonó esta situación y otro de los más abucheados en CU, además de Dani Alves, fue el arquero Julio González, cada que tenía contacto con el esférico.

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