El futbolista Dani Alves ha alegado este miércoles ante la jueza que no está conforme con su procesamiento por la presunta violación de una joven en la discoteca Sutton de Barcelona, pero no lo recurrirá porque quiere “agilizar” el proceso y llegar cuando antes a juicio.

Alves ha comparecido durante cerca de un cuarto de hora ante la titular el juzgado de instrucción número 15 de Barcelona, que le ha comunicado su procesamiento por un delito de agresión sexual con acceso carnal y le ha dado la oportunidad de declarar por última vez, antes de enviar el caso a juicio.

Según fuentes jurídicas, el internacional brasileño, que ha sido trasladado a los juzgados desde la cárcel Brians 2, donde permanece desde el pasado mes de enero, se ha ceñido a una breve manifestación para anunciar que no está “conforme” con los hechos que se le atribuyen en el auto de procesamiento, pero que no piensa recurrirlo porque tiene interés en llegar a juicio lo antes posible.

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De hecho, el auto de procesamiento será declarado firme en unos días, puesto que ninguna de las partes tiene la intención de recurrir, de forma que se abrirá el trámite para que las acusaciones presenten sus escritos planteando los delitos que atribuyen a Alves y la pena que piden por ellos y el caso se enviará a la Audiencia de Barcelona para que señale fecha y sala para el juicio.

En un comunicado remitido a los medios tras la comparecencia, el despacho de abogados de Cristóbal Martell, que lleva la defensa de Alves, ha precisado que el futbolista ha expresado su “desacuerdo” con el relato de hechos del auto de procesamiento, porque a su parecer “no se ajusta a la realidad de lo sucedido”.

“El auto de procesamiento es un paso necesario para la remisión de la causa al órgano judicial de enjuiciamiento y, de hecho, la defensa lo había solicitado a los mismos efectos de agilización”, añade el comunicado de Martell Abogados.

Alves lleva medio año en prisión provisional, tras ser detenido por los Mossos d’Esquadra por violar presuntamente a una joven de 23 años en el baño de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 de diciembre pasado.

El pasado lunes, la magistrada instructora dio por concluida la instrucción del caso y dictó auto de procesamiento contra Alves por un delito de agresión sexual con acceso carnal, además de imponerle una fianza de 150.000 euros para cubrir una eventual indemnización para la víctima en caso de condena.

En el auto, la jueza, que da total credibilidad a la versión de la denunciante, sostiene que Alves llevó a la víctima a un baño del reservado de la discoteca y, una vez allí, le subió el vestido, hizo que se sentase sobre él y la tiró al suelo para intentar que le practicara una felación, a lo que la joven se negó.

El rechazo de la chica “enfureció al futbolista”, añade la magistrada, por lo que este le propinó “varias bofetadas en la cara”, la puso de espaldas, frotó su pene contra su cuerpo y la penetró “de manera violenta”.

Por su parte, el exjugador del FC Barcelona ha ofrecido ante la justicia hasta cuatro versiones distintas de lo que sucedió en el baño de la discoteca, a lo largo de la instrucción del caso.

Tras su detención, el pasado mes de enero, mantuvo inicialmente que no conocía a la víctima, admitió después que coincidió con la joven en el baño de la discoteca sin que sucediera nada entre ellos y finalmente, cuando la jueza confrontó sus explicaciones con las pruebas biológicas, sostuvo que la chica le había practicado una felación, de forma consentida.

El pasado mes de abril, cuando ya se conocían lo resultados de las pruebas biológicas que hallaron restos de semen de Alves en las partes íntimas de la víctima, el futbolista volvió a declarar ante la instructora a petición propia.

En esa comparecencia, admitió por primera vez que había mantenido relaciones sexuales consentidas con la víctima por vía vaginal, y adujo que en la primera ocasión había mentido para ocultar su infidelidad a su mujer. 

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