Un entusiasmo inédito; unas sedes de postal, miles de turistas y visitantes y una ceremonia inaugural que permanecerá en la memoria colectiva. Un repaso a los Juegos de París-2024, que concluyen el domingo:
Una ceremonia original
Impertinente, inclusiva, espléndida para algunos; inaceptable para otros. La ceremonia inaugural, la primera fuera de un estadio, y sobre el Sena, creó división de opiniones pero no dejó a nadie indiferente.
Un evento original que presenciaron más de mil millones de personas en el mundo. El regreso de Céline Dion, más fuerte que su enfermedad, las actuaciones de Aya Nakamura, de Lady Gaga… Una celebración deslucida por la lluvia, y con una mesa que suscitó la polémica.
La escena que celebraba la comunidad LGBTQ+, que algunos interpretaron como una burla de la última cena, provocó la indignación de determinadas autoridades religiosas y responsables políticos conservadores y de extrema derecha. De Donald Trump al turco Recep Tayyip Erdogan, que lo consideraron ofensivo para la religión cristiana o inmoral.
El equipo artístico rechazó cualquier voluntad de burla, lo que no impidió una ola de ciberacoso contra sus miembros, sobre la que ya investiga la justicia francesa.
¿Las presiones modificarán el tono de la ceremonia de clausura el domingo? No, responden los organizadores.
“La apertura es más el imaginario de un país que se presenta. Una clausura es un recuerdo de los valores del olimpismo en general. Vamos a celebrar los valores de compartir, de la universalidad, pero también la fragilidad del mundo”, indicó a la AFP el director de las ceremonias, Thierry Reboul.
Torbellinos en el Sena
El río parisino provocó sudores fríos a los organizadores y deportistas. Varios entrenamientos del triatlón y la natación en aguas abiertas fueron anuladas, el triatlón masculino fue aplazado debido a un agua no apta para el baño. La preocupación era latente cada mañana, pero todas las pruebas pudieron completarse.
Pero algunos deportistas se quejaron de la calidad del agua, y a otros no les sentó bien esos cambios de horario.
“Si la prioridad era la salud de los atletas, entonces esa carrera habría sido trasladada desde hace tiempo a otra sede. No somos marionetas”, se indignó el triatleta belga Marten van Riel, 22º en la prueba.
Ningún deportista fue hospitalizado o sufrió problemas de importancia. La ONG Surfrider Foundation pidió sin embargo “transparencia” a los organizadores, instándoles a publicar todos los análisis de las aguas.
Un entusiasmo inédito
Pocas veces Francia había vivido un entusiasmo así en torno a un evento deportivo.
El estadounidense Michael Phelps aseguró no haber visto nunca algo parecido. Palabra de un deportista con 23 medallas de oro y cinco Juegos Olímpicos a sus espaldas. Algo que da idea de los decibelios en la piscina olímpica, escenario de los éxitos de Léon Marchand, ganador de cuatro medallas de oro en París.
Unos éxitos del nadador francés que se vivieron con euforia en todo el país, hasta el punto de tener que interrumpir un asalto de esgrima en el Grand Palais.
Pero más allá de esa gesta, los franceses se han volcado con los Juegos.
Bajo amenaza
Amenaza terrorista, ciberataques masivos, un tenso contexto geopolítico… Antes de los Juegos, los temores eran fuertes y las incertidumbres numerosas sobre la capacidad de las autoridades para erradicar todos los riesgos.
Hasta ahora se ha logrado. Ningún incidente reseñable perturbó el normal desarrollo de los Juegos, y la ceremonia inaugural discurrió por los cauces esperados.
Con 35.000 policías y gendarmes movilizados cada día en Francia, el balance es positivo.
Sin embargo, se constató un pequeño y repentino aumento de delitos como robos o agresiones en la semana del 29 de julio al 4 de agosto, según datos del ministerio de Interior.
Pebetero con vocación de continuidad
Emblema de los Juegos de París-2024, el pebetero olímpico atrajo miles de visitantes cada día en su ubicación en las Tullerías, cerca del Louvre, y quizá pueda quedar definitivamente instalado como un monumento más de la capital francesa.
El debate está abierto, pero la idea de conservarlo -al igual que hicieron otras ciudades como Barcelona o Sochi- cuenta con el apoyo de numerosos parisino y responsables políticos.
Transportes en hora
En la mañana de la ceremonia de apertura, el director de la SNCF, la compañía francesa de trenes, Jean-Pierre Farandou, expresaba su enfado después de un “ataque masivo” y coordinado contra varias grandes líneas de alta velocidad.
Decenas de trenes quedaron paralizados por todo el país, y centenares de miles de viajeros bloqueados en el inicio de uno de los grandes fines de semana en cuanto a desplazamientos en el verano francés.
Ese sabotaje a gran escala hizo temer por el buen funcionamiento de los transportes. Pero dos semanas más tarde no ha habido que lamentar incidentes graves, las frecuencias fueron regulares y el personal suficiente.
Turistas acuden a la cita
Los profesionales del sector del turismo recelaban, pero los visitantes terminaron por acudir a la cita: 1.730.000 en la primera semana de Juegos, lo que supone un 19% que en el mismo periodo de 2023, según la oficina de Turismo de París.
Aunque los hoteles no pusieron el cartel de completo como algunos vaticinaban, mostraron tasas de ocupación de más del 80% (86% para la segunda semana de los Juegos, del 5 al 11 de agosto).
Y los alojamientos turísticos como Airbnb vieron duplicadas sus reservas, con una oferta al alza y numerosas reservas de última hora.
Entre los turistas extranjeros, los estadounidenses se llevaron el oro por su número de visitantes.