Diego Lainez se ha convertido en una piedra dentro del zapato en la escuadra de los Tigres, aunque llegó con cartel de futbolista estelar, su comportamiento y desempeño demuestran lo contrario. El equipo se ha estancado en una racha negativa donde han ido perdiendo puntos y posiciones en la tabla general y las individualidades no han podido rescatarlos del mal momento. Por ahora, el cuadro felino se encuentra en la zona de repechaje y es una incógnita lo que pueda ocurrir con el equipo ahora con Robert Dante Siboldi. No obstante, a pesar de los cambios y modificaciones realizadas, Lainez ha sido el único que no ha sumado para el buen rendimiento del equipo, sino todo lo contrario.

El futbolista mexicano recién llegado de Europa sigue sin poder consolidarse en ningún equipo. Después de su salida de América al viejo continente, su carrera se ha visto envuelta en malas decisiones y eso mismo se traslada a su rendimiento dentro del campo. Desde la Jornada 5 que debutó con la escuadra universitaria, Lainez no ha sumado ninguna anotación ni alguna asistencia. Pero sí puede presumir que fue el primero en la historia de los Tigres que pudo regañar a André-Pierre Gignac, el máximo referente actual del equipo.

Durante el encuentro contra América en la Jornada 11, Diego no se dejó ningunear y le respondió airadamente a su compañero francés por una jugada mal ejecutada. La situación quedó bien retratada y los propios medios aplaudieron la acción porque para algunos era una muestra de carácter. Sin embargo, eso no sirvió de nada para evitar la derrota en casa frente a los azulcremas.

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A partir de ese momento, Lainez sintió tener la autoridad necesaria para hacerle cualquier reclamo a sus compañeros cuando las cosas no salían específicamente como él quería. La visión del canterano americanista podría ponerse a discusión; si bien está recién llegado de Europa y ve de forma distinta el juego, eso no quiere decir que en la práctica sea totalmente efectiva. En el mismo desarrollo de los partidos, Diego termina por no encajar en el juego del resto y eso termina en el conflicto interno.

A pesar de encontrarse en un bache de resultados y donde el recurso personal quedaba a deber, los reclamos entre los 11 dentro de la cancha podían apreciarse como normales y no tan airados como los de Diego Lainez. El volante tabasqueño, además de mostrar desesperación frente a sus compañeros también lo hace con los propios árbitros. En el duelo de ida de los octavos de final de la Concacaf Champions League, Tigres estaba a punto de armar una contra frente al Orlando City, pero el colegiado del encuentro paró las acciones por un jugador derribado. En ese instante, Diego se molestó y manoteó el balón como si se tratara de un berrinche por no dejarlo continuar la jugada.

Este tipo de actitudes le han costado el descontento de sus compañeros. En el último partido de la Liga MX, Tigres recibió a Mazatlán en el Volcán. En el primer tiempo, el conjunto universitario comenzó perdiendo el encuentro. En una oportunidad clara de gol, Diego penetró el área rival por uno de los costados; ya enfilando hacia la portería pudo servir hacia un costado para Gignac, que estaba frente al marco y únicamente tendría que empujar el esférico hacia las redes. No obstante, el mexicano terminó la jugada con un disparo a la puerta que resultó rebotado en el pecho del arquero mazatleco. Gignac al ver dicha acción, giró hacia su banca con disgusto y levantó los brazos en señal de que la jugada fue desaprovechada.

Por si fuera poco, después del encuentro en el que Mazatlán dio la sorpresa al derrotar al cuadro regio a domicilio, las redes sociales de los Cañoneros subieron un video donde se apreciaba una narración de Christian Martinoli haciendo referencia a que Diego Lainez era el “Factor”, no obstante, el cuadro mazatleco se refirió a su arquero, Ricardo Gutiérrez, como el verdadero factor para ganar el partido.

No hay duda de que Diego Lainez cuenta con condiciones para ser un futbolista distinto y determinante. Apenas cuenta con 22 años y una trayectoria que, para su edad, es envidiable para cualquier futbolista. Sin embargo, su personalidad no proyecta que pueda llegar a cualquier equipo y discuta las decisiones de todos cuando su desempeño simplemente no ha sido el que se esperaba.

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